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Actualizado: 8 de septiembre de 2024


El banco inmenso de hielo, pardo y onduloso, se detiene repentinamente á la vera del valle, formando una alta muralla que parece cortada á pico.

Castro pareció acordarse repentinamente de algo que le hizo sonreir. ¡Y qué incoherencias en la vida de los jugadores! Arriesgan el dinero sin miedo y no hay gente más avara. Fíjate en las mujeres que juegan con mayor pasión. Todas mal vestidas; algunas llegan hasta el descuido en su persona. El dinero lo necesitan para jugar, y dejan para el día siguiente la compra de lo necesario.

Y la barrera creada por la imaginación caía repentinamente, y otra vez volaban por el espacio, siempre infinito, siempre con nuevos mundos. Gabriel hablaba de ellos y de su vida con absoluta seguridad. El análisis espectral delataba en los astros la misma composición de la Tierra.

Velázquez, sonriendo, le dió cuenta del cambio que había sentido hacía tres meses: cómo su indiferencia hacia su querida se había trocado repentinamente en amor ardiente, cómo desde entonces vivía en constante zozobra pendiente de sus menores gestos, con qué frenesí la adoraba y qué mal pagaba ella esta adoración.

Quedó indeciso el consejero, como si dudase entre caer sobre el insolente ó aplastarlo con su desprecio. Joven, usted no sabe lo que dice afirmó al fin con majestad . Usted es argentino y no entiende las cosas de Europa. Y los demás asintieron, despojándolo repentinamente de la ciudadanía que le habían atribuído poco antes.

Paseó la vista en torno, y no halló ningún amigo: entonces se decidió a preguntarlo a la señora que estaba más cerca, fuese quien fuese; volviose cuanto pudo hacia ella, se inclinó hacia su oído, mas cuando iba a articular la primera palabra quedó repentinamente sin voz, pálido y estático.

Mas en aquel punto, a los amigos del novio, representantes genuinos del elemento más vigoroso y masculino del batallón, se les despierta repentinamente el sentimiento de su fuerza y del poder muscular de sus piernas. Un teniente salta la acequia. Un capitán, por no ser menos que el subalterno, también lo hace, pero se moja los pies.

Entonces se alzaron súbitamente remolinos de polvo en las calles de la ciudad; azotó la cara de los transeuntes una ráfaga de viento húmedo y frío; oyóse el chasquido de algunas vidrieras sacudidas contra la pared; cubrió los cerros del Oeste un velo achubascado; nublóse repentinamente el sol; tomó la bahía un color verdoso con fajas blanquecinas y rizadas, y comenzó á estrellarse contra las fachadas traseras de la población una lluvia gruesa y fría.

Comenzaban a hacer la vista gorda por huir de compromisos, pero ahora se desesperan y gritan: «Quiere que le matemosEl mejor día, cazando, el rey se va a encontrar con el Mosco, que anda por todo El Pardo como si fuese de su propiedad. Zaratustra pasó repentinamente a hablar de la muchacha.

A ratos, como vencido por esta hostil certidumbre, el espíritu de análisis flaqueaba, y Julio recaía en la contemplación interior de su tristeza, ¡Cómo había cambiado todo, repentinamente!

Palabra del Dia

jediael

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