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Aun recuerda con llanto de regocijo los días buenos en que él fué don Juan y Manfredo, Sullivan y Don Álvaro. Estos héroes le dieron el prestigio de su poder imaginario entre bambalinas y oropel, y pusieron un poco de oro de leyenda en su vivir menesteroso, a cuyas puertas solía llamar el Hambre con su puño espectral.

Los cielos cenicientos y sombríos, crespas las hojas, lívidas y mustias, y era una noche del doliente octubre del tiempo inmemorial entre las brumas, era en las tristes márgenes del Auber, el lago tenebroso de aguas mudas, ante los bosques tétricos del Weir, la región espectral de la pavura.

Apoyando suavemente la diestra en el hombro de la dama, el Rey de Castilla, vestido de rojo capisayo descolorido, enseñábala sobre el dedo un halcón montano con capirote de púrpura. Una ondulación, un aliento espectral parecía mover por instantes la tela.

Allí el fox-terrier vió cómo sus compañeros quebraban los tallos con los dientes, devorando en secos mordiscos que entraban hasta el marlo, las espigas en choclo. Hizo lo mismo; y durante una hora, en el rozado negro de árboles quemados, que la fúnebre luz del menguante volvía más espectral, los perros se movieron de aquí para allá entre las cañas, gruñéndose mutuamente.

Imaginé que con su mano espectral, la majestuosa figura del Inspector Pue me había dado el símbolo escarlata y el pequeño manuscrito que lo explicaba; y que también con su voz espectral me había exhortado á que, como una prueba de deber filial y de respeto hacia él, que podía considerarse oficialmente mi antepasado, diese al público sus lucubraciones ya mohosas y roídas por la polilla.

Poco después, entreabrió lentamente la boca, y una sola sílaba, pronunciada con fuerza, como por otro ser invisible, una sílaba que era todo un inmenso dolor, resonó en el silencio: ¡! dijo don Íñigo. Y fue un espectral, lúgubre, un largo de otro mundo. Ultimo aliento, última burbuja de aquel espíritu que se hundía para siempre en el mar de la eternidad.

El resplandor del astro bañaba sólo dos lados de la galería; espectral claridad que hacía pensar en apariciones. La sombra se ahondaba bajo los arcos temerosamente. Lleno de amorosa incertidumbre, Ramiro no podía pensar sino en Beatriz, y veía su rostro sobre todo lo que miraba.

Con el correr de los días, cuando hubieron llegado a la apasionada compenetración de sus almas, uno y otro se dijeron los pesares más íntimos. En los instantes de languidez Ramiro sentía pasar sobre su frente, a modo de ala espectral, la idea de la brevedad de todas las cosas humanas.

Había sin embargo intervalos en que toda la escena en que ella desempeñaba el papel más importante, parecía desvanecerse ante sus ojos, ó á lo menos, brillaba de una manera indistinta y vaga, como si los espectadores fueran una masa de imágenes imperfectamente bosquejadas ó de apariencia espectral.

Sin embargo, no temía la persecución. Mirando al cielo, vio que las estrellas de oriente palidecían, y que las lejanas cumbres, perdida su espectral blancura, se destacaban ya con sombrías tintas sobre un cielo cada vez más argentino. El día se le venía encima.