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En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella el teniente de Asistente don Isidoro Palomino, el pregonero Sebastian Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales.

Siguieron entonces largas diligencias y puesta en claro la felonía de que había sido víctima el teniente de asistente le dieron libertad al fin y al cabo, después de tenerle largos meses en las mazmorras inquisitoriales, con todas las consiguientes molestias y perjuicios.

Examinemos el artículo, y después se discutirá... calma, hombre, calma». Y allí era el mirar huevo por huevo al trasluz, el sopesarlos y el hacer mil comentarios sobre su probable antigüedad. Como alguno de aquellos tíos le engañase, ya podía encomendarse a Dios, porque llegaba Estupiñá como una fiera amenazándole con el teniente alcalde, con la inspección municipal y hasta con la horca.

D. Juan Ignacio Terrada, Teniente Coronel urbano; el Sr. D. Francisco de Neira y Arellano, vecino y de este comercio; el Sr. D. José Agustin Lizaur, vecino y del comercio; el Sr. D. José Hernandez, vecino y del comercio; el Sr. D. Benito de Iglesias, vecino y del comercio; el Sr.

Su carácter afable y una razón despejada le ganaron la benevolencia del virrey Vertiz, que en 1781 le nombró Teniente de Gobernador del departamento de Concepción.

Siguiendo su acostumbrado procedimiento, Roque Simón insultó y prendió sin motivo alguno, en 8 de Octubre de 1636, á un panadero del Salvador, llamado Lope Gordillo; pero aquel atropello no le salió tan bien como todos, pues sabiéndolo el teniente mayor del Asistente, que tenía deseos de poner ya coto al escribano, hizo prender á Roque, llegando á tanto la osadía de amigos y compinches que la sala de alcaldes se llevó la causa.

Aquí el teniente se detuvo; una idea burlesca le impulsaba a sonreírse otra vez, pensando que el capitán se hallaba justamente en el caso de declinar hacia la edad madura sin tener que ofrecer a Dios ni qué contar al diablo.

Ya tenía aviso la señora doña Clara, mujer del señor Teniente, como habían de ir a su casa las gitanillas, y estábalas esperando como el agua de Mayo ella y sus doncellas y dueñas, con las de otra señora vecina suya, que todas se juntaron para ver a Preciosa; y apenas hubieron entrado las gitanas, cuando entre las demás resplandeció Preciosa como la luz de una antorcha entre otras luces menores; y así, corrieron todas a ella: unas la abrazaban, otras la miraban, éstas la bendecían, aquéllas la alababan.

El Super-intendente del Rio Negro, con la cosecha del trigo de dicho año, que ascendió á 1269 fanegas y tres cuartillas, acreditó podia subsistir la poblacion con sus frutos; y de resultas del reconocimiento de aquel rio, que emprendió el segundo piloto de la real armada, D. Basilio Villarino, internándose hasta muy cerca de Valdivia, proporciones de los parages que anduvo, esperanzas que prometian los rios que quedaron por reconocer, y la descubierta que á poco tiempo hizo el teniente de infantería D. José de Salazar, abriendo camino por tierra desde dicho puerto de San José á dicho rio, en oficio de 13 de Octubre del mismo año, expuso al Señor Virey lo importante de ambos establecimientos; fundando las razones y motivos en estas últimas resultas, que rebatian las objeciones de los informes y dictámenes, y á un mismo tiempo manifestando las utilidades que podian sacarse de ellos.

Y la tartana siguió adelante, hasta que de repente saltaron al camino quince o veinte guardias, una nube de tricornios con un viejo oficial al frente. Por las ventanillas entraron las bocas de los fusiles apuntando al roder, que permaneció inmóvil y sereno, mientras que mujeres y chiquillos se arrojaban chillando al fondo del carruaje. Bolsón, baja o te matamos dijo el teniente.