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Y emprendió la marcha, seguido un buen trecho por los perros de Zaratustra. Al entrar en el barrio de las Carolinas quedó desconcertado y confuso por el aspecto que ofrecía en pleno Carnaval. En aquella gente adornada con los despojos de una ciudad, no se distinguían fácilmente las máscaras de los que no iban disfrazados.

La ciudad tiene algunos edificios notables, como el teatro, el palacio federal del Capitolio, etc. Me llamó mucho la atención la limpieza de la gente del pueblo bajo, cuya elegancia dominguera consiste en vestirse de blanco irreprochable. Es humilde, respetuoso y honesto.

A Teruel fáltanle paseos, aunque con este nombre existen el llamado Obalo, sin duda por su figura, y el de la Glorieta, que ahora nada tiene de esto, pero sin embargo, es un regular sitio en algunas épocas del invierno: sirven de paseos las afueras de la ciudad y cruceros de la vega que si bien no merecen este nombre por faltarles flores y arbolado, pueden suplirlos: en cuanto a las afueras, la mejor es la carretera de Zaragoza, por cuyo punto la entrada en Teruel es amena y agradable, dominándose desde ella toda la vega.

Entonces el Cabildo Catedral, que ya tenia conocimiento y estimaba los méritos de Guerrero, aprovechando su estancia en Sevilla le propuso darle una plaza de cantor, que aceptó, no volviendo á Jaén por continuar en su ciudad natal.

Casi una tercera parte de la ciudad se compone de nuevas construcciones, en lo general espléndidas, muy vistosas por sus numerosos balcones y celosías ó gabinetes volados, verdes ó azules, sus pavimentos de mármol, sus grandes enrejados de fierro, sus alegres azoteas y sus miradores de estilo oriental.

La mayor parte de estas torres se conservan: subsisten tambien aquellos venerables y anchos muros: y si la casualidad, ó el deseo, te llevan, oh paciente lector, á esa antigua ciudad que fué un tiempo el emporio de la civilizacion musulmana de occidente, no dejes de subir á lo alto de la gran mezquita: cuando te halles entre aquellas denegridas y fuertes almenas, que forman un dilatado feston de puntas, ó mas bien dientes de sierra, hollando con tus piés aquellas altivas torres, te imaginarás hallarte recorriendo las terrazas solitarias de los magníficos palacios de los Persas Sassanidas; creerás oir los gritos de guerra del ejército de Khaled y el zumbido de sus voladoras flechas, y ver á la fugitiva dinastía de Cosroes abandonándote el silencioso recinto de sus endentadas construcciones.

A contener este alboroto, salieron de aquella ciudad 600 hombres tumultuariamente dispuestos, los mas del pais, y entre ellos algunos europeos y á pocas leguas que anduvieron, avistaron al rebelde en el paraje llamado Sangarara, con un considerable trozo de indios y mestizos de aquella comarca: y como al mismo tiempo esperimentasen una cruel nevada, se refugiaron en la iglesia; y mas poseidos del miedo, que resueltos á acometer al enemigo, le despacharon un emisario que le preguntase cual era su intento, y el motivo que habla tenido para levantar gente y turbar la tierra: y la respuesta fué, que todos los americanos pasasen luego á su campo, donde serian tratados como patriótas, pues solo queria castigar á los europeos ó chapetones, corregidores y aduaneros.

De este modo se libertaron los constantes vecinos defensores de la villa de Puno, que por tanto tiempo habian sufrido un obstinado sitio, rechazando los ataques de los rebeldes de ambos partidos; esto es, de los que hostilizaban por la parte de Chucuito, que obedecian á Julian Apasa, apellidado Tupac-Catari, bajo el título de virey de Tupac-Amaru; y por la otra de los esfuerzos de los indios de las provincias de Azangaro, Lampa y Carabaya, que bajo las órdenes de diferentes caudillos, y aun de las de Diego Cristóval Tupac-Amaru, procuraron con la mal obstinada constancia rendir aquella villa y sacrificar á su furor las vidas de todos sus habitantes, á cuyo empeño les estimulaba la consideracion, de que quitada esta barrera, quedaban enteramente á su disposicion todos aquellos dilatados dominios, y que en ellos no estaba ya por el Rey otra ciudad que la de la Paz, que consideraban tambien en sus manos, siempre que pudiesen reunir las fuerzas y dedicarse á su espugnacion con empeño, como lo habian ya principiado: graduando aquella empresa, la única que les faltaba para afianzar su tirano dominio en todas las provincias de la Sierra, como se verá mas adelante, porque ahora se hace preciso retroceder algunos pasos para tomar desde su orígen el sitio de Puno, y los motivos que obligaron á su corregidor, D. Antonio de Orellana, á formar el proyecto de resistir á los rebeldes en aquel pequeño recinto: resolucion que justamente merece se traslade á la posteridad, á fin que la constancia, fidelidad y espíritu de este vasallo, y de los demas que le acompañaron, sirvan de estímulo para imitar una accion que es tanto mas admirable, cuanto en él no concurrian ni el menor conocimiento, ni los principios del arte de la guerra.

Creo que no; presiento que hemos cometido una falta de caridad, porque presiento que aquella mujer oculta un plan diabólico, debajo de aquel movimiento maquinal, casi idiota. Cerca del arco de la Estrella, hemos encontrado á una familia americana, que ha venido á Paris con el fin de llevarse á una niña, que tenia en un colegio de esta ciudad.

La revista El Mensajero del Corazón de Jesús, está, según el autor anónimo, muy por bajo de La Ciudad de Dios, de los Padres Agustinos.