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Actualizado: 27 de junio de 2025
El orígen, pues, y las causas de esta funestísima tragedia, fueron haberse divulgado en aquella villa las fatalidades acaecidas en las provincias de Chayanta y Tinta, con un edicto que expidió José Gabriel Tupac-Amaru, en que espresaba todas sus crueles y ambiciosas intenciones: lo que, llegado á noticia del corregidor, D. Ramon de Urrutia, juntamente con los extragos que causaba en las provincias de Lampa y Carabaya, le determinaron á prevenirse para cualquier acontecimiento.
Atraida sin duda por la abundancia de minas de oro, y de pastos para la cria de las llamas y de las alpacas, la nacion quichua habia fundado desde tiempos muy atrasados los pueblos de Suches y de Puyo-cucho . Estos indígenas permanecieron bajo la dominacion de los Incas hasta la llegada de los Españoles, dependiendo sus poblaciones de la provincia de Guancané ó de la de Carabaya .
Hallábame entonces las provincias inmediatas de Lampa, Azangaro y Carabaya envueltas en dolorosa confusion, por los desórdenes, robos y muertes, que cometian en ellas los comisionados de José Gabriel Tupac-Amaru, tratándolas con inaudita crueldad, y valiéndose de cuantos medios les dictaba su tirania para engrosar su partido, no solo reclutando los indios, sino tambien recogiendo ganados para su subsistencia, y usurpando los reales tributos, como lo egecutaba de su órden D. Blas Pacoricona, cacique del pueblo de Calapuja, á fin de reforzar el ejército del tirano que se hallaba sobre la ciudad del Cuzco.
Suspensa algun tanto con estos sucesos la atencion por la parte de Chucuito, fué menester aplicarla hácia la de Azangaro y Lampa, cuyos indios con los de Carabaya se acercaron de nuevo á las alturas inmediatas á la villa, como á distancia de una legua, despues de un encuentro que tuvieron con los leales de Guaca, Atoro y Paucarcolla, reforzados con tres compañias de caballeria, y algunos fusileros, que marcharon con el objeto de impedir los robos de ganados, que egecutaban por todas partes, para reducir á la mayor necesidad posible el corto número de fieles vasallos que se contenian en el recinto de Puno.
Con estas noticias se dispuso, que un destacamento de 1,000 hombres de caballeria y 2,000 indios auxiliares de Anta, al cargo del Mayor General del ejército, D. Francisco Cuellar, se pusiese en marcha á dobles jornadas para la provincia de Carabaya, no solo con el objeto de perseguir y procurar arrestar á los traidores, antes que se acogiesen á los Andes, si no tambien para que castigase á aquellos infames provincianos, que han sido, entre los que nos han aborrecido, los enemigos mas tenaces del nombre español.
Se supo despues por algunos prisioneros, que mandaba el campo de los rebeldes D. Pedro Vilca-Apasa, comandante nombrado por el caudillo Diego Cristóval Tupac-Amaru, y que tenia en el ejército todos los indios de las provincias de Azangaro y Carabaya.
Preocupados del engaño y del dictámen de Ingaricona, apoyado por el de un cacique de la provincia de Carabaya, que se les habia incorporado en el acto de la disputa, resolvieron atacar contando con la victoria, y apoderarse de las armas y municiones para remitirlas á Tupac-Amaru.
Al amanecer el dia inmediato, se puso en marcha el Comandante General, tomando el camino de Putina, con el intento de hacer todo esfuerzo para alcanzar los gefes de la rebelion; pero la misma tarde supo por un prisionero, que seguian otra direccion; y habiéndola tambien variado al siguiente dia, no consiguió otra cosa que certificarse era inutil seguirlos, porque se retiraban aceleradamente á la provincia de Carabaya, casi abandonados de todos los suyos, y porque escasamente les seguian 100 personas de ambos sexos; pero todavia manifestando, no desistian continuar la rebelion con empeño y constancia, afirmando á los habitantes de los pueblos por donde transitaban, iban á buscar unas columnas de leones, tigres y otras fieras, para que devorasen al ejército español, consiguiendo con estas bárbaras fantasias, que los idiotas de aquellos infelices y desgraciados paises les creyeran y prestasen una ciega obediencia.
Formaban un semi-círculo, cuyo costado derecho gobernaba Ingaricona, el izquierdo Sanca, y el centro el cacique de Carabaya, que terminó la disputa á favor del primero: pero los que venian á las órdenes de Sanca entraban tibios y con grande repugnancia en el combate; efectos sin duda, de la oposicion que habia manifestado su capitan.
En el pueblo de Sicuani halló el Inspector D. José del Valle al Mayor General, D. Francisco Cuellar, que como queda dicho en su lugar, habia destacado á la provincia de Carabaya, para que persiguiese y prendiese al traidor Diego Cristóval Tupac-Amaru, sus sobrinos y á cuantos le acompañaban.
Palabra del Dia
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