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En el pueblo de Pocoata, provincia de Chayanta, se declaró la sedicion, y dando los indios muerte á muchos españoles, prendieron á su corregidor, D. Joaquin de Alós, que retuvieron en el pueblo de Macha, como en rehenes, para solicitar insolentes la libertad de su caudillo Catari; y como presentándose la necesidad armada en toda la fuerza del poder, es irreparable el daño de la resistencia, fué forzoso que por salvar aquella vida, se libertase del castigo el delincuente Catari, logrando prontamente soltura de la prision en que se hallaba: ya fuese porque en tiempo que el peligro aprieta, la prudencia induce á no detenerse en formalidades, ni aventurar la quietud pública por los escrúpulos de autoridad, ó ya porque, poco acostumbrados los Oidores de Charcas al perdimiento del respeto tenido á sus personas, recelaban pasase adelante el atrevimiento, y se viese disminuida la sumision fastidiosa y excesiva que siempre han pretendido.

Este destrozo de los enemigos trajo las mas favorables consecuencias, y hubieran sido mayores si se hubiese adelantado la accion: pues asustada la provincia de Chayanta, depuso toda inquietud, y para comprobar su arrepentimiento, entregó á los principales autores, que fueron Damaso y Nicolas Catari, Santos Hachu, Simon Castillo y otros varios, que todos murieron en tres palos: que así burla la Divina Providencia las esperanzas de los delincuentes, disponiendo caigan á manos de la justicia, cuando se creen mas exentos de su rigor.

El foco principal de esta nueva insurreccion era Chayanta, donde dominaban los Catari, hombres populares y atrevidos, que estaban quejosos por la indiferencia con que el virey Vertiz y la Audiencia de Charcas habian oido sus reclamos contra la escandalosa administracion de Alós, corregidor de aquel partido entonces, y promovido despues al gobierno del Paraguay.

El Rio Grande reune todas las aguas de las provincias montañosas de Chayanta, de Cochabamba, de Mizqué y de Valle-Grande, descendiendo en seguida á la llanada de Santa-Cruz, y adunándose con el Piray para formar el rio Sara hácia el norte de la provincia. Se puede navegar en sus ondas hasta muy cerca de Santa-Cruz de la Sierra.

Visité de paso las bellas comarcas de Valle Grande, donde terminan los últimos ramales de la cordillera oriental, y bajé luego hácia el Rio Grande, que recibe todas las aguas de las provincias de Cochabamba, Mizqué, Arque, Chayanta, y de una parte de las de la Laguna y de Yamparaes en los departamentos de Cochabamba, de Potosí y de Chuquisaca.

Su obrar activo, su espíritu y determinacion fueron sin duda los diques que contuvieron la velocidad con que corrian los progresos de la sedicion, y los que sofocaron las voraces llamas que habian comenzado á arder con demasiada violencia, agitadas por las dulces lisongeras ofertas de la libertad que prometian los edictos de Tupac-Amaru, esparcidos por sus comisionados en todas partes, los que no dejaron de penetrar hasta los corazones de los habitantes de la provincia del Tucuman, cuyos naturales empezaban ya á disponerse para admitir con gusto las turbaciones suscitadas en Chayanta y Tungasuca, no teniendo reparo en expresar publicamente lo muy grato que les seria el dominio de un dueño que aseguraba libertarlos de la opresion en que se consideraban.

No causa menos dolor el estrago que la rebelion hizo en el pueblo de San Pedro de Buena Vista, de la provincia de Chayanta, que, aunque tuvo la fortuna de escarmentar el atrevimiento de los indios cuando altivos y sobervios, lo asaltaron en los meses de Noviembre y Diciembre de 1780.

Y como era uno el principio del desasosiego, reglaban sus movimientos por el teatro de la de Chayanta, donde, despues de muchos tormentos y ultrajes, quitaron la vida á D. Florencio Lupa, cacique del pueblo de Moscani, falleciendo víctima de la lealtad á manos de una plebeya indignacion, la que no satisfaciéndose con juntar la muerte á la ignominia, le cortaron la cabeza, y tuvieron el arrojo de fijarla en las inmediaciones de la Plata, en una cruz, que se nombra Quispichaca, tremolando con esta audacia la bandera de la sedicion.