United States or Singapore ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entonces, rechazando como vergonzosa la posibilidad de haberse enamorado, sacrificó su gusto al pícaro amor propio, y determinó huir cuanto antes de Cristeta, en cuyos encantos comenzaba a vislumbrar, no una conquista semejante a sus anteriores hazañas, sino una red capaz de aprisionarle para siempre. <tb> Eran las dos de la madrugada.

Las sepias son sociables y van á bandadas, y en el mes de mayo dirígense todas á la playa para depositar unos racimos que constituyen sus huevas: allí las aguardan los marsuinos, que se regalan con aquel manjar. Estos señores son tan delicados que sólo se comen la cabeza, sus ocho brazos, trozo tierno y de fácil digestión, rechazando lo más duro del animal, la parte trasera.

Es indudable que dicho tribunal se opuso terminantemente á la libre investigación en el campo de la ciencia: no admitió otra filosofía que la teológico-escolástica, ni otra teología que libros devotos y fanáticos, rechazando todo adelanto en las ciencias experimentales. La historia sólo podía escribirse con las mayores precauciones.

Hizo un esfuerzo para clavar la espada, y el toro se estremeció dolorosamente, pero siguió en pie, rechazando el acero con un rudo cabezazo. ¡Una! clamó con vocerío burlesco el público de los tendidos de sol. «¡Mardita sea!...» ¿Por qué le atacaba esta gente con tanta injusticia? Volvió a apoyar la espada y pinchó, acertando a dar esta vez en el punto vulnerable.

Desde 1308 hasta 1848 Suiza ha pasado por una serie de cruentas luchas y de los mas extraños episodios, peleando unas veces por su libertad doméstica, otras rechazando las invasiones extranjeras, no pocas veces atacándose entre los cantones para disputarse territorios contiguos.

Con ímpetu irresistible se lanzó Morsamor contra Balarán, yendo a su lado Tomás Cardoso y otros ocho valientes, que arrollaban o derribaban cuanto obstáculo se les oponía. Así llegó Morsamor hasta donde se alzaba Balarán con la sangrienta daga en la diestra y tomó rápida venganza, atravesándole el cuerpo con su espada. La gente de Morsamor le defendía a un lado y a otro, rechazando a los indios.

No, Rocchio, no dijo la señora, rechazando este nombre con igual alarma que el primero. A todo estoy preparada, señor Robert contestó misia Casilda suspirando. Y el inglés fué a extender la receta, como decía él con amarga ironía y la entregó a la tía de Quilito. Calle de Santa Fe leyó ésta; lejitos es; tomaré el tranvía. Señor Robert, muchas gracias...

¿Debía renunciar positivamente a toda investigación ulterior? ¿Había que perder en realidad la esperanza de obtener una prueba incontrovertible? ¿Y cómo concluir el largo y ya vano sumario? ¿Rechazando la acusación, afirmando que la Condesa se había matado, y que la Natzichet se acusaba solamente por el temor de ver condenado al Príncipe, aunque era tan inocente como él, y que por esta razón las versiones de uno y otra no habían estado de acuerdo?... ¿O volviendo a la hipótesis, ya excluida como la más improbable, de que ambos fuesen culpables, de que la Natzichet hubiera ayudado a su amante a ejecutar el asesinato con el robo por móvil, y tratado después de salvarle, acusándose?

¡Vive Dios! exclamó el general levantándose colérico y rechazando con el pie el sillón, que fue rodando al centro de la sala; ¿me has tomado por un recluta? ¿Crees que voy a dejarme manejar por una mujer, por una muñeca? Usted vendrá, señora; usted vendrá, porque yo se lo ordeno. He dicho que no. ¿Y por qué? ¡voto a!... ¿por qué?

Allí estaba reunido un pueblo, dispuesto á una gran manifestación. Confuso y como asustado de su empresa, la muchedumbre vacilaba, no tenía fijeza ni determinación: sin duda allí faltaba algo. Lázaro quiso dominarse rechazando la tentación. Se alejó del pueblo y volvió á acercarse á él. " pensaba, aquí falta algo: falta una voz."