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Actualizado: 14 de mayo de 2025
No siendo, como no lo es, plaza fuerte, por más que así se denomine, puesto que solo atestigua su arrogante calificativo débiles muros que resguardan escasas máquinas de guerra, que la más perfecta no corresponde á la más imperfecta de las que marchan en la línea de los grandes adelantos, no creemos precisos los gastos y atenciones que tal nombre origina, y una dotación insignificante y una asignación de unas cuantas libras de pólvora por conceptos de salvas para el caso improbable de visitar aquellos mares un barco de guerra, harían lo mismo que acontece en la actualidad con parque, dotación y almacenes, con las ventajas de la reducción del presupuesto.
¿Debía renunciar positivamente a toda investigación ulterior? ¿Había que perder en realidad la esperanza de obtener una prueba incontrovertible? ¿Y cómo concluir el largo y ya vano sumario? ¿Rechazando la acusación, afirmando que la Condesa se había matado, y que la Natzichet se acusaba solamente por el temor de ver condenado al Príncipe, aunque era tan inocente como él, y que por esta razón las versiones de uno y otra no habían estado de acuerdo?... ¿O volviendo a la hipótesis, ya excluida como la más improbable, de que ambos fuesen culpables, de que la Natzichet hubiera ayudado a su amante a ejecutar el asesinato con el robo por móvil, y tratado después de salvarle, acusándose?
Se ha supuesto, á la verdad, que Calderón es también autor de comedias más antiguas, habiéndole inducido á adoptar nombres falsos algún motivo desconocido; y acaso no sea improbable esta hipótesis, á lo menos en nuestro juicio, puesto que no se encuentra mencionado en ninguna parte ningún autor dramático llamado Luis Alvarez; pero á la conclusión de la más antigua, Peor está que estaba, se dice que su primer autor la titula Todo sucede al revés, con cuyas palabras se indica también que esta obra es imitación de otra anterior.
Una zorra, á la que sobresaltó el ruido ligero de los pasos de la niña sobre las hojas, miró con curiosidad á Perla como dudando qué sería mejor, si alejarse de allí, ó continuar su siesta como antes. Se dice que un lobo, pero aquí ya la historia ha degenerado en lo improbable, se acercó á Perla, olfateó el vestido de la niña é inclinó la feroz cabeza para que se la acariciara con su manecita.
El general dio tal porrazo sobre la mesa, que uno de los candeleros vino al suelo. Mi general dijo el duque , ¿no echáis de ver que Rafael está recargando los colores de sus cuadros y que son puras extravagancias todo lo que está diciendo? No hay extravagancia repuso el general que sea improbable en los ingleses.
Sabía el astuto cabecilla, y de fijo que no lo ignoraban sus edecanes, que aun en el caso muy improbable por otra parte de obtener un triunfo completo y decisivo sobre los blancos, no les habría sido posible constituir una república de negros, puesto que á ello se hubieran opuesto resueltamente los norteamericanos, que, como se sabe, no se distinguen por su amor á los hombres de piel obscura.
Agradábale más vagar solo que en compañía de Olmedo, porque este le distraía, y el goce de Maximiliano consistía en pensar e imaginar libremente y a sus anchas, figurándose realidades y volando sin tropiezo por los espacios de lo posible, aunque fuera improbable.
Y el juez, a cada momento más impresionado al ver que la fisonomía moral del joven era muy distinta de la que él le había atribuido guiándose de sus propios recuerdos y de la reputación que aquél tenía, examinaba mentalmente la eficacia de la prueba moral que por fin precisaba el acusador. Si era cierto lo que decía, si la muerta le había amado, la acusación parecía ya menos improbable.
¿Vendría quizá equivocado el número de la casa y sería aquella buena alhaja la autora de la carta?... Parecióle esto a Currita improbable, y un hecho positivo la sacó de dudas: abrióse de repente la gran mampara de cristales que cerraba en el hotel el fondo del vestíbulo y apareció un coche que vino a detenerse al pie de la escalera; ni el cochero ni el lacayo traían librea, ni veíanse tampoco en el coche armas, iniciales o corona; al ejercitado olfato de Currita olióle todo aquello, desde luego, a principios de aventura.
Me ha encargado ponerla en relaciones con el cura de San *, que es, al mismo tiempo, superior del Carmelo. ¿A quién?... eso es muy improbable. Pues entonces, ya es algo añadió Pierrepont , que su alma se encuentre libre. ¡Sin duda alguna, amigo mío! corroboró la de Aymaret , y ahora, me parece que debería usted alejarse de ella un poco de tiempo. Es lo que pienso hacer.
Palabra del Dia
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