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Así lo determinaron en los primeros momentos, y echaron a correr pensando simultáneamente en cuál sería la mejor manera de matarse, de golpe y porrazo, sin sufrimiento alguno, y pasando en un tris a la región pura de las almas libres. Lejos de la calle del Almendro, se modificaron repentinamente sus ideas, y con perfecta concordancia pensaron cosas muy distintas de la muerte.

Cojeando y con la vista en el suelo y cara de vinagre llegó al monasterio, atravesó el espacioso patio y subió la ancha escalera. No contestó á los hermanos que al pasar le saludaban, y se encerró en su celda de golpe y porrazo.

Todo lo zanjaba de golpe y porrazo; para él no había dificultades. Tan pronto me proponía facilitarme medios para marcharme con Gloria al extranjero, como hacer prender a don Oscar por conspirador carlista o pagar a unos gañanes para que le rompiesen la cabeza, etc. Sus proyectos eran siempre expeditivos y penables por el Código.

Si no hay cosa mejor que ganarse el pan honradamente, por sus cabales, con tesón, sin impaciencias ni desfallecimientos, que así se va lejos, y de golpe y porrazo no puede hacerse nada bueno. Quilito volvió a reírse. Mire usted, tía, no de otra manera se hacen fortunas en Buenos Aires; ahí tiene a fulano, a zutano y a mengano: ¿dónde se han hecho ricos? ¿detrás de un mostrador? No, en la Bolsa.

En gran número, preñadas y sin defensa contra el implacable azote, unos y otras fueron lanzados á la costa y destruidos por el porrazo. Dos de las hembras parieron en la playa, lanzando gritos desgarradores, ni más ni menos que nuestras mujeres, y con sus lamentos parecían querer indicar que se preocupaban de la suerte que cabría á sus hijuelos. Las sirenas. Acabo de abordar; heme aquí en tierra.

Afortunadamente, al chocar con los puntales se partió en dos o tres fragmentos, y Salvador no recibió en su cabeza sino uno de estos, que produjo un mediano porrazo, rozándole después la cara.

Tu reloj... Si no recuerdo mal, está en treinta duros. ¿Pero qué te pasa hoy? ¿Vas a sacar todo? ¿A sacar? repitió Isidora, herida por aquella ironía como por un porrazo. ¿Qué cálculos haces?». Isidora se auxiliaba de sus dedos para calcular. La tersura y fineza de aquellas extremidades de sus manos indicaban no estar ocupadas ya más que en trabajos matemáticos.

Alguien preguntó allí si era verdad que don Gonzalo González de la Gonzalera se había quedado memo y pobre a consecuencia de disgustos y despilfarros domésticos, pero no obtuvo respuesta la pregunta, porque apareció de golpe y porrazo en la salona un nuevo personaje que comenzó por decir que ni por haber rodado tres veces por los suelos y casi reventado la tordilla en sus ansias de correr, había podido llegar antes. ¡Así venía el infeliz de embarrado y descosido de pies a cabeza!

El año 20 quisieron repetir el experimento: pero por lo visto no habían aprendido nada nuevo: no contaron nuestros hombres-globos con el aire del Norte, que los envolvió, pegó fuego a unos que cayeron miserablemente donde pudieron, y arrebató a otros a caer de golpe y porrazo en países remotos y extranjeros. Raro fue el que cayó suavemente. Pero adelanto positivo para la ciencia no hubo ninguno.

Vamos, don Bernardino, confiese usted que esto se acaba, de seguir así; si las economías y la buena administración y la política honrada y todo eso que usted nos canta ahí, no es infundio puro, ¿por qué continúa el oro su viaje a las regiones etéreas? Calma, mi amigo, ¿acaso pretende usted que la situación se normalice de golpe y porrazo? Hay que ir despacio, ensayar medios, ver, consultar...