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que lo estoy repuso Octavio con firmeza y clavando sus ojos en la dama; pero no sabe usted de quién. La condesa miró en aquel instante para la huerta y vió á miss Florencia que parada en medio de un camino los contemplaba fijamente.

Cuando estuvo ya bastante preparada, el joven dio otro giro a la conversación, enderezándola por ciertos caminos peligrosos. ¡Ay, Lucía, no sabes cuánto me has hecho pecar de pensamiento! ¿Y por qué? repuso la dama; en sus ojos brilló una chispa de malicia. Porque... porque... ¡bah! ¿Quieres que te lo diga? , dímelo. No me atrevo; te vas a enfadar conmigo. No me enfadaré; dímelo.

Quiéralo Dios dijo suspirando la Dorotea, y oprimiendo dulcemente las manos de Juan Montiño. Pues mirad repuso el joven , yo pensaba en otra cosa. ¿En qué? En que antes de salir de vuestra casa... De nuestra casa, caballero... Bien; pensaba en que antes de salir de casa nos hablamos de .

Los celos constituyen una pasión execrable, pero que no es tan difícil de vencer, después de todo. Yo también he tenido celos de Amaury. ¿? ¿Celos de Amaury, dices? repuso Antoñita bajando a su vez la frente; los tenía porque él venía a robarme a mi hermana y porque cuando vivía con nosotros mi prima sólo tenía ojos para él y ni siquiera se acordaba de que yo estaba con ellos.

Perdón, perdón, María, si estas palabras que rebosan de mi corazón ofenden la inocencia de vuestros sentimientos, tan puros como vuestra voz. También he padecido yo cuando padecíais vos. Ya veis repuso ella bostezando que no ha sido cosa de cuidado. ¿Queréis, María le preguntó el duque , que os lea los versos? Bien respondió fríamente María. El duque leyó una linda composición.

Hoy mesmo, hoy mesmo. Mal que os pese, señor Ramirillo.» Y encargome no dejara de referir esto último, palabra por palabra, a vuesa merced, por lo mucho que le importa. ¿Quién acoge razones de un ebrio? repuso Ramiro, desdeñosamente. Pero no por eso dejó de experimentar súbito calofrío que le bajó hasta las plantas.

»En eso caso, ¿aprueba usted su conducta de entonces y de ahora? ¿aprueba su ausencia, su silencio, y hasta el misterio que le rodea? » repuso con voz firme. »¡Ya estoy tranquila! exclamé tendiéndolo la mano; como él, Teobaldo, seré digna de usted; como él, permaneceré fiel al deber, aunque sea un sacrificio superior a mis fuerzas. »En aquel momento se presentó el conde de Pópoli.

Pues, hija, yo creía repuso con sequedad Magdalena que todo aquello que para era una dicha lo era también para mi amiga y mi prima, para mi buena Antoñita. ¿Necesito acaso el son de los instrumentos, el resplandor de las luces y el bullicio del baile para participar de tu dicha?

Le pidió abuelita que tomara el te con ella, agregó Zoraida, y allí está Laura también. ¿Te has fijado, Camucha, con qué atención le escucha Laura, cuando él habla?... Es una suerte. Así, poco a poco, me irá perdonando... No, ella no se olvida de José Luis, ella piensa que José Luis hubiera sido el amor de su vida, repuso Carmen. No te puede perdonar.

En aquel instante surgió otra luz en tierra, pero no ya sobre los árboles, sino más baja. ¡Mire V., mire V. el fosforito! exclamó con acento malicioso. Rema, rema: a ver si llegamos pronto a la orilla repuso Miguel. Un toque de corneta se dejó oír en el silencio de la noche, claro, estridente, partiendo del Ancho. ¿Qué es eso? preguntó el joven, asombrado.