United States or Sweden ? Vote for the TOP Country of the Week !


Resuelta a hablar, y a hablar fuerte, una tarde que se hallaban todos reunidos en la habitación de Pilar, rodeando el sillón en que descansaba la enferma, abordó el tema de la testamentaría, quejándose de sus demoras y de aquella furia de vender que les había entrado; lanzó dos o tres saetazos dirigidos a Esteven con tanto acierto, que saltó el hombre descompuesto y con muy malos modos dijo que él no hacía sino lo que mandaba el juez, y que la culpa se la tenía él en haberse hecho cargo de tamaño lío.

En medio de estos dulcísimos ensueños de su alma arrebatada, sentía Maximiliano unos saetazos que le hacían volver sobresaltado a la realidad. Era como la feroz picada de un mosquito cuando estamos empezando a dormirnos dulcemente... Por mucho que se estirase el dinero sacado de la hucha, al fin se tenía que concluir, porque todo es finito en este mundo, y el metálico precisamente es una de las cosas más finitas que se pueden imaginar... ¡María Santísima!, cuando el temido momento llegase... ¡cuando la última peseta del último duro fuera cambiada...! Si el mosquito le picaba a Maximiliano cuando estaba en su cama dormido o preparándose a ello, incorporábase tan desvelado cual si fueran las doce del día, o se ponía a dar vueltas en el lecho y a calentarlo con el ardor de su febril zozobra. A veces invocaba al Cielo con íntimo fervor de oración. Esperaba que la obra generosa que había emprendido pesase mucho en las recónditas intenciones de la Providencia para que Esta le sacase del atolladero en que los amantes iban a caer.

Desde ahora ofrezco un cirio de dos libras á mi santo patrón. ¡Si supieras lo que es pudrirse aquí la sangre, entre cuatro paredes, para un soldado como yo! Vengan en buenhora aquellos tiempos en que teníamos franceses que matar y saetazos que dar y recibir, sin hablar de lo que siempre se gana y se divide con los amigos. Qué me place verte tan bien dispuesto, repuso Simón.

Quémase el pueblo de San Rafael; división de dicho pueblo II 241 Rebelión de los indios infieles en la provincia del Chaco II 277 Reciben los infieles á los cristianos á saetazos; muerte de muchos neófitos I 135 Recibimiento que hicieron los indios Zibacas al P. Lucas Caballero II 28 Reducción de los indios Quiriquicas II 24 Reducción de los indios Puraxís y Tubacís I 242

Pero como Diana, aunque algo mayor que ella, había sido su compañera de infancia, no le guardaba rencor por su falta de corazón, y atribuía sus saetazos a una necesidad de ironía natural en su carácter. Sin embargo, hoy Diana acababa de herir un punto sensible. ¿Por qué le había dicho todo aquello? María Teresa, humildemente, se interrogaba: ¿acaso no podía ser amada por ella misma?

Los tertulios fueron depositando un beso en la frente de la criatura, procurando no despertarla, y la nodriza se retiró. Terminaron al fin las vistas. Romillo guardó su estereoscopio, no sin recibir antes algunas miradas como saetazos del indignado Hojeda.

Conociolo bien pronto doña Ramona, y enderezó a la otra estas palabras, acompañadas de dos saetazos por encima de sus anteojos: Yo no estorbo aquí, señora; téngalo usted entendido. Entre mi marido y yo, como no hay pecados, tampoco hay secretos. Somos un alma en dos cuerpos, por la gracia de Dios.