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No, hermano; los pasos del que viene siguen muy reposados, y suenan muy al compás; pero el ramaje, que tanto se inclina y enmaraña por este sitio, roba al alcance de los ojos lo que permite al sentido de las orejas. Si vienen con mucha pausa, es sin duda el doctor y boticario Gorgueran, el médico, que cura por igual todos los miembros del doliente.

¡Dios mío! exclamó el cocinero después de haber leído aquella carta. Es una prueba de traición á favor de la Inglaterra contra el duque. ¿No es verdad? Pues lee estotra. ¡Señor, señor! exclamó el cocinero después de haber leído aquella segunda carta. Aquí se prueba que Lerma roba al rey, ¿no es verdad? , .

Difícil es decirlo... Ocupa un puesto de confianza. ¡Ah! tiene un gran corazón... un gran corazón... ¿Ese gran corazón roba todavía un poco de harina de los sacos? pregunta Juan riéndose. Martín se encoge de hombros con disgusto y murmura algo como: «Veintiocho años de servicios» y «hay que cerrar los ojos

Francisco de Rioja le dedicó una silva, y en ella aprueba su conducta en versos que parecen hechos para censurar la insana pasión de la malva. Véase lo que dice Rioja: ¡Oh, como es error vano fatigarse por ver los resplandores de un ardiente tirano, que impío roba a las flores el lustre, el aliento y los colores! Todas las plantas tienen, en suma, sus veleidades, sus odios, sus amores.

No es de maravillar ese cariño dijo don Diego, porque el joven posee extraordinarios atractivos, se gana la voluntad de las personas a quien trata, aunque sean muy adustas, y si a él le roban toma represalias terribles, y, según parece, roba los corazones, y los trastorna y los hechiza por tal arte, que les hace olvidar los más sagrados deberes y el conveniente decoro.

En nuestros viejos romances y leyendas, siempre roba el moro a la linda infantina cristiana, y siempre el caballero cristiano logra su anhelo con la princesa mora, en la noche o en la mañanita de San Juan; y en el pueblo se diría que conservaban la tradición de los viejos romances. Las calles estaban llenas de gente. Todo el pueblo estaba en las calles y además los forasteros.

Lo contrario sería conspirar á que prevaleciese el villano refrán de que quien roba á un ladrón tiene cien años de perdón, y contribuir á que la vida, la historia, el desenvolvimiento civilizador de la sociedad sean una trama inacabable de bellaquerías.

Cuando se acerca el día en que Diana ha de casarse con el odiado Duque, resuelve Clotaldo robarla; pero, por una casualidad, roba á una labradora que se ha vestido el traje de la Princesa. Diana, al mismo tiempo, para evitar esas bodas odiosas, se ha escapado, vestida de aldeana, de la corte de su padre, siendo llevada á Parma por un accidente imprevisto, que ha inutilizado su carruaje.

Decid que cuando el alba, que roba vuestro aroma, cantos de amor jugando os susurraba, él también murmuraba cantos de amor en su natal idioma; que cuando el sol la cumbre del Koenigsthul en la mañana dora y con su tibia lumbre anima el valle, el bosque y la espesura, saluda en ese sol, aún en su aurora, al que en su patria en su cenit fulgura.

Porque les roba calórico. ¿Y de dónde procede este calórico? De la introducción del oxígeno en la sangre. ¿Sabes una cosa, Carlota? decía Presentación otra vez a su hermana. Margarita está enamorada del chico de Roda. Ella misma me lo confesó ayer. D. Pantaleón sonrió benévolamente. ¿Sabéis por qué está enamorada? ¿A que no? Toma, porque le gusta. Es un chico muy guapo.