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al menos, digo á otra bella mora á quien veo salir de su elegante retiro llevando de la mano dos niñas, no serás repudiada por estéril; y sin embargo tus ojos hinchados, el velo que tambien te cubre, el atavío de tus hijas, indican que te dispones á dejar la casa conyugal. No soy estéril, no, pero tambien me veo repudiada.

Voy a preguntarle una cosa, respetable Sr. de Ponte: ¿en qué empleará usted los primeros cuartos de la pensión? En una obra de justicia y de caridad. Le compraré unas botas a Benina cuando parezca, si parece, y un traje nuevo. Pues yo le compraré un vestido de odalisca. Es lo que le cuadra, desde que se ha dedicado a la vida mora. ¿Qué dice usted? ¿Se sabe dónde está ese ángel?

Rodríguez Marín cita numerosos ejemplos en su edición crítica del Quijote, VI, 163. Cf. versos 702 y 1709. Los cristianos solían llamar galgos o perros a los moros. " ¿Cómo? En la calle de las Armas mora; Son señas de su casa dos balcones Azules, que al salir el sol los dora." Lope, La Niña de plata, B. A. E., XXIV, 284 a.

Blasco Ximeno, el del reto; Ximena Blázquez, la de los sombreros, y el famoso Nalvillos, casado con la mora Aja Galiana, y casi tan famoso como el Cid, eran sus antepasados.

Para no hay más que una mujer en el mundo. Contadme por vuestra amiga, por vuestra hermana dijo la joven tendiéndole la mano ; otra cosa es imposible. Pero abreviemos, que ya es tarde. Tomad esta carta y llevadla á quien dice en la nema. «Al confesor del rey, fray Luis de Aliaga. De palacio. En propia mano» leyó el joven. ¿Y en qué convento mora el confesor de su majestad?

Y poniéndose a rasguear furiosamente la guitarra, cantó con voz arrogante: Dicen que no me quieres, No me da pena maldita; Que la mancha de la mora Con otra verde se quita. Si no me quieres a , Se me da tres caracoles; Con ese mismo dinero Compro yo nuevos amores. Capítulo XIV El casamiento de Stein y la Gaviota se celebró en la iglesia de Villamar.

Claro está, pues, que, aun suponiendo que el alma es ya inútil para las otras almas al llegar a ese término, es utilísima mientras no llega. Y no obstante, cuando el alma llega, cuando se recoge en su centro, donde Dios mora, y allí le conoce y con él se une, ¿cómo imaginar que por eso se aniquila o se hace inútil? Tal vez, al anegarse en aquel abismo de luz, no ve sino tinieblas.

Está abrigado de todos vientos, excepto de los del tercer cuadrante; la sonda en el fondeadero es de 18 metros, arena y conchuela. La parte N. de la isla Ibus despide arrecifes de piedra que salen 2 cables para fuera. La población mora se halla diseminada bajo el cocal que hay en la orilla derecha del río. Su Datto mantiene frecuentes comunicaciones con la gente de Lanao.

El Doctor Miguel Amer, Catedrático de Prima en la Universidad. El P. Fr. Raimundo Mora, Lector de Vísperas en la misma Universidad, Dominico. El Padre Fray Nicolás Ferrer, Lector de Filosofía de S. Francisco de Paula. A Rafael Crespí Cortés, alias Billa. El Reverendo P. Fray Antonio Coll, Lector Jubilado y Exprovincial de San Francisco de Asís.

El es mi fiel amigo que nunca me desdora, que siempre alienta al alma cuando triste la ; que en mis noches de insomnio conmigo vela y ora; conmigo en mi destierro y en mi cabaña mora, y cuando todos dudan sólo él me infunde .