United States or Kyrgyzstan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Miranda, azorado, se llegó a él, acercándose mucho, tocándole casi: Caballero... preguntó con voz anhelante ¿ha visto usted por ahí... han recogido los mozos?... El amo alzó el rostro, rostro franco, patilludo y vulgar. ¿Una cartera? , señor. Respiró anchamente el amigo de Colmenar. ¿Es de usted? interrogó receloso el fondista. ¡Mía, ! Démela usted sin pérdida de tiempo: va a salir el tren....

Vivir con el corazón ulcerado, con el alma inquieta.... ¡Oh, cuántas veces he envidiado a las personas virtuosas y humildes como usted! ¡Qué feliz sería yo si no llevase a cuestas este carácter triste y receloso, esta soberbia que me consume!... ¡Y quién sabe añadió después de una pausa , quién sabe si hubiera sido más dichosa en otra esfera!

Ganas tuvo de llegarse de súbito a la muchacha y de soltarle el pavo, esto es, de decirle sin ceremonia sus atrevidos pensamientos: pero Mutileder iba al lado de ella, mirando receloso a todas partes, con la barba sobre el hombro, en actitud desconfiada y hostil, y blandiendo un enorme y fiero garrote. La prudencia refrenó los ímpetus del marino fenicio.

No debía meterse entre él y la barrera. Convenía que guardase franca la salida. Otros, más entusiastas, excitaban su atrevimiento con audaces consejos. Suértale una de las tuyas... ¡Zas! Estocá, y te lo metes en er borsiyo. Era demasiado grande y receloso el animal para que se lo pudiera meter en el bolsillo.

Benigno, servilleta al hombro, se dirige hacia la puerta poniéndose los guantes blancos de algodoncillo. Don Quintín, de levita, prestada y archicumplida, entra escamado, receloso, pero sonriente y haciendo cortesías.

Si nació con estos vicios o fueron el resultado de sus bárbaros martirios, de su tristísima infancia, no es fácil resolverlo. En el convento, donde nadie la trataba mal, no fué bien querida de sus maestras y compañeras por su carácter receloso, por la ausencia de cariño que se notaba en su corazón.

Receloso Payo Arias de Castro que estaba en Córdoba, de que le quitase de rechazo su villa de Espejo, allí cercana, partió con Martin Alonso de Montemayor y otros caballeros á socorrer á los sitiados, los cuales, perdida la villa y dejando el vestíbulo de su iglesia cubierto de cadáveres, se habian refugiado en el castillo tapiando la puerta á piedra y lodo.

Después le vio pasar a la acera de enfrente y seguir hasta el rincón de la escalerilla, como si fuese al café de Gallo. viii Como antes se ha dicho, a los pocos días de la desaparición de su mujer, Maxi empezó a echarla de menos, mostrándose receloso, y apeteciendo su compañía con cierta mimosidad impertinente que ponía furiosa a doña Lupe.

Á esta sazón llegó nueva de la muerte del Rey de Francia, y el Duque de Sessa retuvo los españoles, receloso de trastornos. Caminaron al fin los soldados á Génova; mas al llegar se encontraron con que el embajador Figueroa había despedido las naves que estaban fletadas y proveídas, en la creencia de no ser ya necesarias. Encontrar otras costó quince días y alojar á los soldados en tierra.

Mas el viejo, al notar que le perseguían, zambulló el rostro en su gran cuello de pieles, y ocultando con presteza en el bolsillo del gabán algo que en la mano llevaba, entróse prontamente en el cuarto contiguo al de Jacobo. Quedósele este mirando sorprendido y receloso, y dudando entonces de que fuese el tío Frasquito, entró también en su aposento.