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Algunas se abofetearon y arañaron mientras sus diestras oprimían el mismo billete de mil francos, desgarrándole. Volteaban los sombreros por el suelo; las cabelleras se esparcían en toda su integridad ó se desmenuzaban en una nube de bucles postizos. ¡A , príncipe... á !... Con las manos ganchudas saltaban en torno de él lo mismo que un corro de poseídas. ¿Quién quiere dinero?...

Esto basta para que sepamos en cierto modo a qué atenernos respecto a sus propiedades morales y físicas. Manuel Antonio no era joven. Frisaría en los cincuenta años, disimulados con esfuerzo heroico por toda la batería de afeites conocidos entonces en Lancia, que no eran muchos ni muy refinados. Una peluca bastante rudimentaria, algunos dientes postizos mal montados, un poco de negro en las cejas y de carmín en los labios, mucho patchoulí y un traje de fantasía apropiado para realzar los residuos de su belleza.

¡Libre! mi pobre Jacobo, dijo entonces Marenval echando los brazos al cuello del joven y mirándole con ternura. ¡Ya era tiempo de que llegásemos! ¡Cómo ha cambiado usted! Lavada por el agua del mar, sin pintura y sin postizos, la cara enflaquecida de Freneuse aparecía macilenta y melancólica. Gracias, amigos míos, gracias por vuestra heroica abnegación.

Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pueden hacer esos milagros dijo don Cleofás . Pero ¿qué acompañamiento prosiguió diciendo es este que entra agora, de tanta gente lucida, por la puerta deste templo consagrado al uso del siglo?

Ambos convinimos en que preguntariamos á la mujer que nos traia la leche por la mañana, á fin de adquirir las noticias posibles sobre esta aventura. ¡Gracias á Dios! ¡Gracias á Dios, lectores mios, que algo nos llama, que algo nos liga, que algo nos atrae y nos interesa, en esta ciudad en donde somos dos postizos!

Pero, D. Mario decía la diplomática señora mientras los ricitos postizos de su cabeza se agitaban con elocuencia, ¿cómo quiere usted que la comida esté sazonada o no se la sirvan fría, cómo quiere usted que le tenga el cuarto arreglado a tiempo ni las cosas a punto, si desde hace una temporada no tiene hora fija para nada; tan pronto se le ocurre almorzar a las once como a las dos, unas veces se levanta a las siete de la mañana, otras duerme hasta las tres de la tarde?

Un caballero aplaudió y despues siguieron todos los de las butacas. Serpolette, sin dejar su actitud de buena moza, miró al que primero la aplaudió y le pagó con una sonrisa enseñando unos diminutos dientes que parecían collarcito de perlas en un estuche de terciopelo rojo. Tadeo siguió la mirada y vió á un caballero, con unos bigotes postizos y una nariz muy larga.

Efectivamente, Luis lo disimulaba bien; pero como, por más esfuerzos que se hagan, siempre queda un cabo suelto, un resquicio por donde sale la luz, ella había adivinado hacía ya mucho tiempo que el conde, en lo profundo de su corazón, guardaba recuerdo muy grato de Fernanda. Atiendan ustedes: hace algunos días se le ocurrió a Moro decir que tenía dos dientes postizos.

Por mirarlo todo, deteníase también a contemplar las encías con que los dentistas anuncian su arte, las caricaturas políticas de los periódicos, colgados en las vidrieras de los cafés, los libros, los cromos, los palillos de dientes, las aves disecadas, las pelucas y postizos, las condecoraciones, las fotografías, los dulces y hasta los comercios ambulantes en que todo es a real.

No pararon los irritados combatientes hasta que D. Marcos no derramó sangre á raudales, rasguñado por la poetisa; hasta que ésta no se desmayó, dejando caer sus postizos bucles, y haciéndome en la frente un chichón del tamaño de una nuez; hasta que el Duque no se le fraccionó en dos pedazos completos la mejor levita que tenía; hasta que Carranza no perdió sus espejuelos y la peluca, que era bermeja y muy sebosa.