United States or British Indian Ocean Territory ? Vote for the TOP Country of the Week !


Las plumas de mar yacían flácidas y obscuras, como animales muertos, hasta que absorbiendo el agua, se levantaban transparentes y llenas de hojas. Así iban de un lado á otro, con una ligereza de pluma, ó se clavaban en la arena, emitiendo un brillo fosfórico. Las petimetras del mar, las elegantes medusas, extendían el ruedo flotante de su hermosura frágil.

Las necesidades de la guerra se hacían sentir desde el primer momento, absorbiendo todos los medios de comunicación. El tren quedaba inmóvil horas enteras para dejar paso á otros trenes cargados de hombres y de material militar. En todas las estaciones había soldados en traje de campaña, banderas, muchedumbres que vitoreaban.

Yo ¡ay de ! al pensar que me hallaba, en este día solemne, en medio del silencio de aquellos bosques majestuosos, aun en presencia del magnífico espectáculo que se presentaba a mi vista absorbiendo mis sentidos, embargados poco ha por la admiración que causa la sublimidad de la naturaleza, no pude menos que interrumpir mi dolorosa meditación, y encerrándome en un religioso recogimiento, evoqué todas las dulces y tiernas memorias de mis años juveniles.

En el ruido de las aguas al tragarse a Juanillo creyó oír éste un grito, palabras algo confusas; tal vez el viejo timonel que gritaba: «¡Hombre al aguaBajó mucho, ¡mucho! atolondrado por el golpe, por lo inesperado de la caída; pero antes de darse cuenta exacta de ello viose otra vez en la superficie del mar braceando, absorbiendo con furia el fresco viento... ¿Y la barca? No la vio ya.

Era, por añadidura, la época en que la clase media entraba de lleno en el ejercicio de sus funciones, apandando todos los empleos creados por el nuevo sistema político y administrativo, comprando a plazos todas las fincas que habían sido de la Iglesia, constituyéndose en propietaria del suelo y en usufructuaria del presupuesto, absorbiendo en fin los despojos del absolutismo y del clero, y fundando el imperio de la levita.

Porque Ángel, artista de corazón y con el pecho atestado de impresiones vírgenes y profundas, estaba maravillado de ver cómo aquella flor purísima iba desplegando sus hojas al calor del nuevo sol, y absorbiendo con avidez la luz y el ambiente del desconocido mundo, a medida que se ensanchaba y crecía sobre su tallo oscilante. Estas metáforas eran de Ángel.

La masa líquida que parece helada, es nieve apenas fundida que no se ha entibiado todavía absorbiendo abundante aire; conserva toda la crudeza primera, y su color, de un azul fuerte, tiene yo no qué de hostil. Se tiembla anticipadamente, no sólo de frío, sino también de deseo, y para calmar el cansancio de la marcha nos arrojamos voluptuosamente en el agua helada.

Sus dos partes, antigua y moderna, están unidas, habiendo desaparecido las murallas que las separaban; la segunda va absorbiendo á la primera con sus hermosas y anchas calles, orilladas por edificios de planta elegante, y en todas partes se nota la actividad de la industria y del comercio.

Suelto el cabello en desatados rizos, que en caprichosas ondas sobre tu espalda mórbida se tienden, velando y no cubriendo sus hechizos; entornados los ojos, que se encienden absorbiendo el placer con sus miradas, tus hermosas mejillas sonrosadas por el calor intenso de la pasion ardiente; entreabierto el labio sonriente, y en lánguido abandono reclinada, altiva recordando con la mente inflamada, los pasados momentos de ventura, la idea de otros mil acariciando que guarda para lo venidero... ¡Qué hermosa estás así! ¡Qué feliz eres! ¡Cuántos tesoros guardas codiciosa! ¡Qué ignorados placeres promete tu mirada cariñosa! ¡Oh! pero... escucha y : ¿ya no te acuerdas de aquella niña hermosa é inocente, encanto de mi loca fantasía? ¿Acaso no recuerdas su tibia y pura frente?... Toca la tuya... ¿No es aquella?... ¿Abrasa, y no es ya trasparente como aquella?... Mas ¿qué importa si es bella? ¡Sigue escuchando, sigue!... ¿No recuerdas sus ojos apagados, grandes, suaves, serenos... No me mires... Los tuyos, entornados, de brillo y pasion llenos, son más hermosos... pero ya han perdido la tranquila mirada que lucia en la niña inocente que amé un dia. ¿Has dado ya al olvido aquellos labios rojos y brillantes, frescos y húmedos siempre, como la rosa que mojó el rocío?... ¿Por qué tocas los tuyos, amor mio? ¿Están secos? ¿Qué importa?... ¿Queman tánto?... No te aflijas por eso.

En este mar sombrío y caliente estaba el corazón del Océano, el centro de la vida circulatoria del planeta. El cielo era un regulador que, absorbiendo y devolviendo, equilibraba la evaporación. De allí se expedían las lluvias y los rocíos á todo el resto de la tierra, modificando sus temperaturas favorablemente para el desarrollo de animales y vegetales.