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Con este motivo rodaron los coches y hubo no poca confusión a las puertas del templo, que estaba adornado suntuosamente para el acto. La novia se presentó pálida y sonriente con su traje blanco y su corona de azahar, debajo de la cual saltaban juguetones los rizos de sus cabellos negros.

Todos sentían un deseo de exteriorizar el regocijo de la calma. Ojeda tomó su café solo. Isidro, que acababa de sentarse junto a él, huyó al ver asomar una cabeza sonriente en la ventana inmediata. ¡Lo mismo que él! La vida en este buque era semejante a las vueltas de una rueda.

Vuelve la cara sonriente; si solo sobre sus espaldas recibe los bastonazos continúa impertérrito su comercio, contentándose con gritar: No jugalo, ¿eh? ¡no jugalopero si los recibe sobre el bilaw que contiene sus pastas, entonces, jura no volver, arroja por la boca todas las imprecaciones y maldiciones imaginables; los muchachos redoblan para hacerle rabiar más y cuando ven ya la fraseología agotada, y estan satisfechos de tanta jopia y pepita de sandía salada, entonces le pagan religiosamente y el chino se marcha contento, riendo, guiñando y recibe como caricias los ligeros bastonazos que los estudiantes le propinan á guisa de despedida.

Pero siempre que le encontrábamos nos saludaba optimista y sonriente, con un gesto de clásico caballero español. Vaya usted a mi casa cuando guste. Vivo en un hotelito en el campo. ¡Hay allí una gran paz que invita a escribir! Y el mísero vivía en una choza solitaria, perdida en un barranco de las afueras de Madrid.

Justamente dijo Alicia, cuya cara sonriente y rosada aparecía entre blondas, justamente esta misma mañana, yo le decía a mamá, que formaba su lista de invitados para nuestro : no olvide al señor Martholl, tengo un interés especial en que venga. Huberto se inclinó. Quedo muy agradecido a usted, por su amable recuerdo, señorita.

Al ver que Ana había mentido, que estaba buena y había buscado un embuste para no acudir a su cita, el mal humor de D. Fermín rayó en ira y necesitó toda la fuerza de la costumbre para contenerse y seguir sonriente.

Fue la señal para que todos los tertulios felicitasen calurosamente al joven escuálido, el cual, ruboroso, confuso, sonriente, daba las gracias haciendo mil contorsiones, manifestando repetidas veces que no por su mérito, sino porque el asunto se prestaba admirablemente, «la poesía había resultado regular

Un criado anunció al conde de Leoville y al entrar éste el doctor se adelantó a recibirle sonriente; Amaury le estrechó la mano con timidez y Avrigny, le condujo ante Magdalena, que le miraba asombrada. Hija mía le dijo; te presento a Amaury de Leoville, tu prometido. Amaury añadió volviéndose hacia el joven, he aquí a Magdalena de Avrigny, tu futura esposa.

Le doy a usted mi cordial enhorabuena. Ha demostrado usted mucho talento. A Tristán no le supo bien aquella enhorabuena, pero la aceptó disimulando. Pareja se volvió hacia los circunstantes sonriente, benévolo, dichoso de sentirse tan sabio. No es posible hacer más, lo repito.

No hay esperanza. Hablaba sonriente, pero era su sonrisa semejante a la luz que alumbra un nicho. Pero, sepamos... interrogó Lucía a pesar suyo con angustiosa y febril curiosidad . ¿Pesa sobre usted alguna desdicha? ¿Alguna pena grande? Ninguna de las que el mundo llama tales. ¿Tiene usted familia... que le quiera?