United States or Slovenia ? Vote for the TOP Country of the Week !


El bosque sin límites cubría los montes y llanuras; las sendas que serpenteaban entre los árboles eran muy raras y mal trazadas, obstruídas por hierbas y maleza; por eso, los salvajes utilizaban la superficie del arroyo para ascender ó descender por su cauce sobre el tronco de árbol vaciado que les servía de embarcación.

Próximos a estos caprichos galantes y afeminados, los raros productos del arte asiático proyectaban sus siluetas extrañas y deformes, semejantes a ídolos de un bárbaro culto; por los panzudos tibores, cubiertos de una vegetación de hojas amarillas y flores moradas o color de fuego, cruzaban bandadas de pajarracos estrafalarios, o serpenteaban monstruosos reptiles; del fondo obscuro de los vasos tabicados surgían escenas fantásticas, ríos verdes corriendo sobre un lecho de ocre, kioscos de laca purpúrea con campanillas de oro, mandarines de hopalanda recta y charra, bigotes lacios y péndulos, ojos oblicuos y cabeza de calabacín.

Seguida de Flog, su perro de pelo rojizo, vagaba al gusto de su fantasía por los senderos que serpenteaban entre los matorrales. De tiempo en tiempo, desatendía la Naturaleza para pensar en Huberto. Lo veía bajo la alameda, besándole las manos. ¡Era, pues, cierto! ¡La amaba! Nadie hasta entonces le había hablado así.

El mar era casi negro, el cielo de un gris plomizo, y en las brumas del horizonte serpenteaban los rayos bajando a beber en las olas. Sintió Jaime en su rostro y en sus manos el húmedo contacto de algunas gotas de lluvia. Iba a estallar una tormenta que tal vez durase toda la noche. Los relámpagos brillaban cada vez más cerca.

Al frente de la expedición iba un sacerdote joven y elegante, un monseñor romano vestido de seda, y con él dos damas extranjeras y guapetonas, que se plantaban en los lugares más altos, teniendo sus faldas algo levantadas por miedo á las salamanquesas que serpenteaban en las ruinas.

Subían y bajaban escaleras; serpenteaban por intrincados corredores bajos de techo, angostos, con muros de acero, semejantes a los pasadizos de un acorazado. En un departamento las verduras y las flores; en otro las frutas: pirámides de manzanas y naranjas, racimos de plátanos, regimientos de piñas alineadas en los estantes como soldados barrigudos acorazados de cobre y con penachos verdes.

Brillaban los peñascos de basalto, semejantes a bloques de metal; centelleaban, cual si fuesen proyectores eléctricos, los tejados y los vidrios de las casas de la playa; los bosques despedían luz: cada hoja era un espejo. Los remates de las torres y los mástiles de los buques anclados en la bahía serpenteaban como espadas ígneas por encima de la niebla.

Su sombrero se ladeaba; los bucles de su cabellera intentaban escapar, erizados y estremecidos por las corrientes de humana electricidad que serpenteaban entre sus raíces. Parecía tener diez años más. Pero una segunda voz interior emitía otra opinión. «, muy fea... ¡pero tan interesanteSeguramente que al levantarse de la mesa volvería á ser la Alicia de siempre.

Tomó Fenton ladera arriba, siguiéronle sigilosamente los otros y al llegar á la cumbre miraron con precaución el barón y los caballeros por entre rocas y matorrales. El cuadro que el inmediato valle ofreció á su vista los dejó atónitos. Frente á ellos se extendía una gran llanura cubierta de verde hierba y por la que serpenteaban dos riachuelos.

Bejucos larguísimos y plantas trepadoras se enredaban por todas partes y corrían de un tronco a otro, formando redes inextricables bastantes para detener a elefantes en su marcha, apresándolos entre sus mallas. Brotaban del suelo monstruosas raíces que serpenteaban acá y allá, como reptiles apocalípticos, haciendo muy difícil el paso en medio de aquella oscuridad.