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Lo que más picante le parecía, lo que venía a remachar el clavo de la felicidad, era el contraste de Serafina, quieta, cansada y meditabunda, con Serafina en el éxtasis amoroso: esta mujer, toda fuego, que asustaba con sus gritos y sus gestos de furiosa de amor; que hablaba, mientras acariciaba, con una voz ronca, gutural, que parecía salir de la faringe sin pasar por la boca, y que decía cosas tan extrañas, palabras que, aunque pareciera mentira, aún eran excitantes en medio de los hechos más extremosos de la pasión; esta mujer, diablo de amor, cuando el cansancio material irremediable sobrevenía y llegaban los momentos de calma silenciosa, de reposo inerte, tomaba aire, contornos, posturas, gestos, hasta ambiente de dulce madre joven que se duerme al lado de la cuna de un hijo.

El rocío de esta madrugada tiene una misión tan singular como interesante: sirve para conservar la belleza, y hasta las feas se lavan en él, seguras de hermosear durante el año. Una clara de huevo puesta en vaso de agua la noche anterior toma las más extrañas formas, y es jeroglífico cuyos signos hablan, cuyas figuras emblemáticas anuncian las contingencias de la vida.

Ya que me imaginas insensible o algo así como si me faltara humanidad. Y volvió a hundirse en el sillón. , continuó, son muy extrañas las mujeres de nuestro país... Fue precisamente en casa de las Aliaga que conocí, hace algún tiempo, a esa amiga de Charito González. Me pareció en seguida que pertenecía al tipo de las mujeres fantásticas.

El doctor, que no llegó sino muy tarde a la alegre reunión, buscó por todas partes a Roberto con mirada ansiosa, sin descubrirlo. Entonces dirigiose en particular a uno de los invitados, le preguntó si lo había visto. ; había venido, había lanzado en su derredor miradas extrañas y feroces, luego se había esquivado en silencio cuando se le tendía la mano.

Si se la pone cuando es pequeña dentro de una caña hueca, corre por dentro y toma su forma; y si se la deposita en jarros y pucheros de formas extrañas, o aun en los más humildes recipientes, también se adapta a ellos y crece según el molde.

Su facha denunciaba su profesión militar y su natural hidalgo; tenía bigote blanco y marcial arrogancia, continente reposado, ojos vivos, sonrisa entre picaresca y bondadosa; vestía con mucho esmero y limpieza, y su palabra era sumamente instructiva, porque había viajado y servido en Cuba y en Filipinas; había tenido muchas aventuras y visto muchas y muy extrañas cosas.

Las calamidades de la revolución, los peligros de la proscripción y de la guerra, las agitaciones siempre renacientes de una vida incierta y móvil, las pérdidas múltiples, vivas y dolorosas, todo esto, sin duda, ha podido imprimir a mi organización, a mi carácter, al movimiento de mis pensamientos, a la dirección de mis expresiones, yo no qué algo de singular, de inusitado, de raro, esa especie de exageración, en fin, de la cual censuras con tanta razón las desviaciones; pero, en realidad, yo no necesitaba más que entregarme a la naturaleza y a mismo, encontrarme libre de todas las impresiones extrañas que fatigaban mi corazón, volver al reposo delicioso de la soledad y al círculo de los deberes fáciles, para renovarme.

Un día en que su criada, la misma á quien toleraba tan extrañas familiaridades, le contestó no qué insolencia, se arrojó á ella, la tiró al suelo y por poco la hiere gravemente. En aquellos momentos, decía, sería capaz de matar y no tendría miedo á un hombre.

Que don Carlos había padecido mucho en su juventud no cabía duda; él mismo contaba que se vió obligado a trabajar al lado de personas extrañas que le trataron mal; que más tarde tuvo un jefe que le estimó y le impartió franca protección, hasta que le fué dado ponerse al frente de sus propios negocios.

Una masa negra, otra, sin duda, se había destacado de un árbol de la orilla derecha, y había pasado a través del río con extrañas ondulaciones produciendo una leve corriente de aire, y desapareciendo entre las plantas de la orilla izquierda. ¿Lo has visto, Horn? preguntó Cornelio. ; y lo que es. ¿Un proyectil? No, señor Cornelio.