United States or North Macedonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


A pesar de este regaño, al salir iban a casa de Pla con ánimo de no comprar más que dos libras de pasas de Corinto para hacer un pastel inglés, y la señora se iba enredando, enredando, hasta dejarse en la tienda obra de ochocientos o novecientos reales.

No habrían transcurrido cinco minutos cuando Barbacana, que por detrás de los visillos registraba el teatro del combate, sonrió silenciosamente, o más bien regañó los labios, descubriendo la amarilla dentadura, y apretó con nerviosa violencia la barandilla de la ventana.

Quiero irme para no verte, para olvidarte... porque te odio, ¡te aborrezco!... Luego, agregó en tono de regaño: Vaya usted a la sala: vaya usted a saludar al señor cura. Ya preguntó por usted. ¿Preguntó por ? ; quiere conocer esta buena alhaja. Y cambiando de acento, festiva y urgente: ¡Anda, anda! Te verían entrar y dirán que estás aquí, charlando conmigo. Déjame, que deseo acabar.

Mis únicas contrariedades eran las que pudieran ocasionarme un bofetón de mi tío, un regaño de mi madre o cualquier contratiempo en la organización de mis escuadras. Mi espíritu no había conocido aún ninguna emoción fuerte y verdaderamente honda, hasta que la pérdida de mi madre me presentó a la vida humana bajo un aspecto muy distinto del que hasta entonces había tenido para .

¿Si? dijo la abuela interesada. ¿Y qué respondió el señor Dumais? Papá se enfadó al principio, y cuando volvió a casa regañó a mamá diciendo que su debilidad era la causa de este nuevo incidente. Pobre señora de Dumais gimió la Sarcicourt. Es tan buena... Demasiado buena dijo la abuela entre dientes. De modo siguió diciendo más alto, que no se casa usted, Francisca...

En la capilla acostumbraba Perucho notar que se hablaba bajito, se andaba despacio, se contenía hasta la respiración: el menor desliz en tal materia solía costarle un severo regaño de don Julián; de modo que, sobreponiéndose el instinto y el hábito al azoramiento y trastorno, penetró en el sagrado lugar con actitud respetuosa.

Francisca... protestó su madre angustiada. No hables así... La risa que se apoderó de todo el mundo acabó de restablecer el perfecto equilibrio de la conversación. Cuando todos se marcharon la abuela me regañó por mi indiscreta curiosidad y por las reflexiones de Francisca. Las faltas son personales hice observar a la abuela.

Se estaba callada de la mañana a la noche, preparando el regaño, mientras Loppi andaba afuera con el hacha, corta que corta, buscando el pan: y en cuanto entraba Loppi, no paraba de regañarlo, de la noche a la mañana. Porque estaban muy pobres, y cuando la gente no es buena, la pobreza los pone de mal humor.

¡Qué bruto eres, Agapo! dijo Quilito sentándose de nuevo en el caño, para acabar de desorientar al tío; ¿qué te has figurado entonces? ¿qué iba a darme un baño a estas horas? tienes razón: un regaño del viejo me ha puesto así... chocheces y niñadas, por una y otra parte. Y punto final.

Oyose la voz de Benigna, hecha una furia: «Te voy a matar... ¡indecente!, ¡cafre!». Los demás chicos aparecieron chillando. Jacinta les regañó: «Pero vosotros, tontainas, ¿no veíais lo que estaba haciendo? ¿Por qué no avisasteis? ¿Es que le dejáis enredar para después reíros y armar estos alborotos?».