United States or North Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Es inútil: debo morir... Tengo derecho á que me fusilen... He causado muchos daños... Me horrorizo de misma al recordar todos los delitos consignados en la sentencia... ¡Y aún hay otros que ignoran!... La soledad me ha hecho conocerme tal como soy. ¡Qué vergüenza!... Debo irme: todo lo he perdido... ¿Qué me queda que hacer en el mundo?...

El rey me ha llamado y con gran secreto me ha dicho: Montiño, mi buen cocinero, yo, aunque soy rey, también soy hombre, y como hombre tengo debilidades; amo á una dama, y no puedo contener mi amor; toma, llévala esa joya y dila que te indique cuándo puedo yo ir á visitarla; pero ha de ser de modo que las luces estén muertas cuando yo entre y no pueda conocerme.

No debéis de conocerme. Si el Rey no viene a prenderme, No hay en todo el mundo quién. REY. ¡Pues yo soy el Rey, villano! PELAYO. ¡Santo Domingo de Silos! D. TELL. Pues, señor, ¿tales estilos Tiene el poder castellano? ¿Vos mismo? ¿Vos en persona? Que me perdonéis os ruego. REY. Quitadle las armas luego. Villano, ¡por mi corona, Que os he de hacer respetar Las cartas del Rey!

Siempre me parece que también los demás empiezan su vida, que sus ojos se han abierto al mismo tiempo que los míos y que en ellos, como en , todo el pasado es una página en blanco. Máximo, sin embargo, no es joven. ¡Veintinueve años; casi treinta! Es más que probable que no haya esperado a conocerme para fijar su corazón. Y aquí me tiene usted desazonada de mis ilusiones.

Se resignará usted y encontrará dulce y tolerable eso que cree un sacrificio; usted no me conoce, pero créame a que me conozco bien. Yo valgo más como amiga que como amante. Hay en el mundo más de uno y de dos que lo saben bien. Seré un amigo dispuesto a hacer por usted mucho más que esta noche. También espero yo que usted llegará a conocerme.

Arremetió a en viéndome, que, según estaba, fue mucho conocerme. Yo le abracé; preguntóme cómo estaba; díjele luego: ¡Ah, señor licenciado, qué de cosas tengo que contarle! Sólo me pesa de que me he de ir esta noche y no habrá lugar. -Eso me pesa a -replicó-, y si no fuera por ser tarde, y voy con prisa a comer, me detuviera más, porque me aguarda una hermana casada y su marido.

Aparentaron no conocerme, e inmediatamente se pusieron a tomarme declaración, ofreciéndome antes algunos merengues con objeto, según decían, de que tuviese la voz más clara.

No he solicitado á vuestra hija. ¿Y qué habéis tomado de ella? añadió con precipitación el duque. Un ejemplo de lo que sois. ¡Ah! vos para conocerme... Os miro. Pero me miráis con antiparras. Para veros no es necesario tener muy buena vista. Quiero saber qué pensáis de . Mucho malo. Al menos no se os puede culpar de reservado. Reservéme poco, cuando habéis podido encerrarme.

»No había excusa posible; así, que me dirigí en el acto a su aposento. Ella debió conocerme por el rumor de mis pasos, porque al entrar yo la vi con los ojos fijos en la puerta, revelando en su»mirada la más profunda ansiedad. Al verme llegar, me dijo: » Ven, ven, Amaury. ¿Has visto ya al ministro? » le contesté, con cierta vacilación.

No te envidio el papel; debe de ser poco divertido. ¡Oh, es tristísimo! Pero le prefiero al de amante desdeñado. Si no te conozco, ¿cómo puedo darte esperanzas? Pues bien; ¿quieres conocerme? Ya te he dicho que . Mañana corresponde a tu turno en la ópera. ¿No es cierto?... El joven que veas con una camelia blanca en la solapa del frac, ese soy yo.