United States or Taiwan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Siempre que tenía que presentarse en escena un personaje, lo llamaba el apuntador, á cuya llamada se ponía en pie esperando que le avisaran para entrar en su primer verso. Una de las cosas que más me llamó la atención fué que todos los actores declamaban accionando con un bastón, cuyo adminículo lo sustituían las actrices por el abanico.

Repúsose el padre Aliaga. ¿Conque... vais á buscar á esos dos amantes? dijo. No por cierto, voy á esperarlos á su casa... y como pueden tardar... Esperad, cuando la hayáis encontrado, en la galería de los Infantes. Esperaré... Cuando yo llegue, os avisarán. Muy bien. Y para que los encontréis más pronto, id al momento. Quedad con Dios, padre Aliaga; quedad con Dios y hasta luego. El bufón salió.

El tratado entre Inglaterra y Francia se firmó el 10 de mayo sin intervención del oficioso Embajador, desatendido, profundamente humillado en aquella corte de que hablaba sin cesar en París cuando quería dar la medida de su influencia . Dudando estuvo si volver á Francia, donde sería patente el desengaño, ó buscar asilo nuevo entre los rebeldes de los Países Bajos ; pero como lo segundo fuera aventurado , desandó el camino de la Embajada, sin obtener la atención siquiera de que le avisaran la salida de aquella armada de 150 velas, conductora del ejército que al mando de Essex había de atacar á Cádiz , donde esperaban, por lo contrario, al iniciador de la empresa .

"Con la mayor urbanidad y atencion que se debe al trato humano, hago esta á Vds. como Gobernador electo para estas provincias, en nombre de S.M.D. José Gabriel Tupac-Amaru, Rey Inca de este vasto vireinato del Perú, y hablando con Vds. en calidad de embajador suyo, digo: Que el fin á que he venido á esta provincia, y escribo esta, es, para saber el parecer y dictámen de sus voluntades en asunto á vasallaje, del que tomándoles el consentimiento, quisiera que Vds. deliberáran el partido á que se inclinan, y me avisarán su dictámen: esto es, si se conforman á ser vasallos debajo de las banderas de dicho Monarca, cuya piedad y clemencia no propende á otra cosa que á la conservacion, pacífica tranquilidad y alivio de todos los paisanos, así naturales como españoles y mestizos criollos, y otros sugetos de cualquier calidad ó condicion, nacidos en nuestras tierras, sacándolos del gravámen y yugo pesado que hasta el dia nos ha tenido debajo de su peso tan oprimidos, mediantes el gobierno tirano de España, con sus pechos insoportables, que no parecia otra cosa que una servidumbre de total esclavitud, á semejanza del cautiverio de Babilonia, en donde el pueblo de Dios Israelita, gemia.

Por de pronto, urgía mucho que Luz se acostara de veras; y eso la propuse, y eso hizo. Después, sin advertírselo a ella, porque se hubiera resistido, mandé que avisaran al médico. »Entretanto, y por todo alimento en aquella mañana memorable, tomé yo dos sorbos de caldo. »Llegó el doctor y vio a Luz.

El ama me dijo que había salido de casa y no había vuelto. Encargué que le avisaran para hablarle por última vez y resolverme o no a dar parte de lo que ocurría. No quiso venir, temiendo sin duda mi indignación. Caí con otro ataque, y el ama sin duda fue a buscarle, porque cuando abrí los ojos estaba él a mi lado.

Ah! la bondadosa Providencia habrá colocado al borde de la tumba aquellas santas inspiraciones, como heraldos que nos avisarán de que íbamos á pisar los umbrales de la eternidad!.... Una clasificacion de acciones. Los actos prácticos del entendimiento son los que nos dirigen para obrar: lo que envuelve dos cuestiones: cuál es el fin que nos proponemos, y cuál es el mejor medio para alcanzarle.

Por estas razones al fin se consiguió que se despachasen nueve correos ó postas, los que por todas partes avisáran y movieren á los confederados. Tambien el capitan de la Concepcion estaba ya con una partida de 150 hombres en sus estancias que confinan con las de San Miguel, y para completar dicha partida se enriaron otros 60 del pueblo.

Y pensaba: «Todos son personas decentes, todos saben lo que se debe a mi casa, y en cuestión de peccata minuta... allá los interesados». Y encogía los hombros. Este criterio ya lo aplicaba cuando vivían con ella sus hijas. Entonces seguía pensando: Buenas son mis nenas; si alguno se propasa, las conozco, me avisarán con una bofetada sonora... y lo demás... niñerías; mientras no avisan, niñerías.

No; ni ganas contestó Yuba-Bill secamente, viendo ofendida en su persona, por tan contumaz individua, a toda la compañía pionera de diligencias. ¡Pues, que la hemos hecho buena!... replicó el juez, pensando en la verja allanada. Mire usted dijo Yuba-Bill, con delicada ironía, ¿no haría mejor en volverse y tomar asiento en el coche hasta que le avisaran? Yo entro.