Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de mayo de 2025
Se apiadarán de mí al verme tan vieja, tan cansada.... Pero á pesar de su cansancio se irguió, con un gesto de altivez ofendida. No había mendigado nunca, y á los setenta años era tarde para empezar. Debo verle...necesito verle. La fatiga le hizo caer en un banco entre dos árboles del bulevar. Brillaban en la penumbra las puertas de cafés y tabernas como bocas de horno.
Y cual si tras estas palabras confusas cobrase ánimos, Mariquita se irguió, mirando fijamente a Fermín con sus ojos llenos de lágrimas. Podía pegarla, podía matarla; pero ella no volvería a hablar con Rafael. Había jurado que si se consideraba indigna de él, le abandonaría, aunque con esto destrozase su alma.
Al oprimir aquel cuerpo sin fuerzas, sentía en su pecho el contacto de elásticas prominencias. Mariquita dejaba caer la cabeza en su hombro, como si no quisiera ver, abrumada por el mareo. Sólo una vez se irguió para mirar a Luis, brillándole en los ojos una lejana chispa de rebelión y protesta. Suéltame, Rafaé: esto no está bien. Dupont rompió a reír.
¿Aún te ríes, hijo de perra? ¡Mardito seas, guasón! ¡Mardita la vaca que te parió y el ladrón de tu amo que te dio hierba en la dehesa! ¡Ojalá esté en presidio!... ¿Aún te ríes? ¿aún me haces muecas? A impulsos de su rabia, tendió el busto sobre la mesa, avanzando los brazos y abriendo los cajones. Después se irguió, levantando una mano hacia el cornudo testuz.
Silas se irguió trémulo sobre las rodillas y miró alrededor de la mesa; ¿no estaría allí su oro, al fin y al cabo? La mesa estaba vacía. Entonces miró atrás suyo, recorrió con la vista toda la pieza, pareciendo dilatar sus pupilas negras para ver si, por casualidad, las bolsas, no aparecían en los sitios en que las había buscado en vano.
Dos hijas lloraban abrazadas en un rincón: la mayor, más valiente, le acariciaba con la mano los cabellos, o lo entretenía con frases zalameras, mientras le preparaba una bebida; de pronto, desasiéndose bruscamente de las manos de doña Andrea, abrió don Manuel los brazos y los labios como buscando aire; los cerró violentamente alrededor de la cabeza de doña Andrea, a quien besó en la frente con un beso frenético; se irguió como si quisiera levantarse, con los brazos al cielo; cayó sobre el respaldo del asiento, estremeciéndosele el cuerpo horrendamente, como cuando en tormenta furiosa un barco arrebatado sacude la cadena que lo sujeta al muelle; se le llenó de sangre todo el rostro, como si en lo interior del cuerpo se le hubiese roto el vaso que la guarda y distribuye; y blanco, y sonriendo, con la mano casualmente caída sobre el mango de su guitarra, quedó muerto.
Cuando se irguió, le conocí, a pesar de hacer seis meses que no le veía: era el concurrente a las antesalas del Ministerio del Interior, el visitante del mayordomo, don Tomás Regnier, aquel hombre cuya miseria tanto me había llamado la atención en mis horas de guardia, frente a la puerta de la sala de espera y cuya silueta he presentado al comenzar estas Memorias. ¡Hola amigo!, ¿qué hace?
Ella se contrajo y se irguió varias veces, dúctil y reptilina, consiguiendo al fin escapar de la cadena de los brazos masculinos mientras lanzaba un suspiro de fatiga y satisfacción. Lubimoff, vuelto á la realidad, vió á Alicia de pie ante él, acabando de alisar su vestido en desorden, llevándose luego las manos á su cabellera, al torcido sombrero, á la boa que se deslizaba de sus hombros.
Aquel cumplimiento expresivo dirigido por el squire a Nancy, fue considerado por todos, menos por Godfrey, como un acto de diplomacia; y el padre de aquella joven se irguió un poco más, mirándola a través de la mesa con seria satisfacción.
Al bajar los ojos una de las veces Elena creyó ver algunas palabras escritas sobre el mármol del antepecho. Bajó un poco más la cabeza y las leyó. Súbitamente acudió la sangre a su rostro, poniéndose roja como una brasa; inmediatamente pálida. Se irguió con extraño ímpetu y mirando al pintor con ojos extraviados le dijo: Tenga usted la bondad de salir por un momento. Me siento mal.
Palabra del Dia
Otros Mirando