United States or Malaysia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al llegar aquí, el golpe de un peso que cayó, chocando con mi rodilla, me hizo levantar la vista de la carta. El soldado que formaba junto a , herido mortalmente por una bala perdida, había rodado al suelo. En aquel intervalo vi hacia el frente, envueltas en espeso humo, las columnas francesas que venían a atacar el centro. Pero mi ánimo no estaba para fijar la atención en aquello.

¡Oh! ¡Y qué malo eres hoy conmigo, papá! Es por ti, hija mía. ¡Pues bien; será peor..., porque me escaparé e iré en busca tuya! ¡El frío!... ¿Qué me importa el frío? ¿Y si caes herido, si quieres ver a tu Luisa por última vez y ella no está allí, a tu lado, para cuidarte, para quererte hasta el último momento?... ¡Oh! ¡ crees que tengo el corazón de piedra!

Los hombres, convencidos, se echaron sobre Zalacaín, éste cerró contra los dos; uno de los voluntarios le dió un bayonetazo en el hombro izquierdo, y Martín, furioso por el dolor, le tiró una estocada que le atravesó de parte a parte. La patrulla se había declarado en fuga, dejando un fusil en el suelo. ¿Estás herido? preguntó Bautista a su cuñado. , pero creo que no es nada. Hala, vámonos.

Los campeones de D. Raimundo fueron sucesivamente apareciendo. Los combates fueron muy cortos. El Caballero del Azor, con pasmosa destreza y bizarría, logró que en menos de media hora los tres mordiesen el polvo, muy mal herido uno de ellos. El gentío que rodeaba el palenque rompió en estrepitosas aclamaciones y vítores.

Apoyó la punta del estoque entre los dos cuernos, mientras con la otra mano agitaba la muleta, para que la bestia, atraída por el trapo, humillase la cabeza hasta el suelo. Apretó la espada, y el toro, al sentirse herido, agitó el testuz, repeliendo el arma. ¡Una! gritó la muchedumbre con burlesca unanimidad.

Estaba herido de muerte en la imaginación, es decir, flaqueaba por su parte más poderosa. Ya no era aquel joven ardiente que se creía destinado á grandes fines; era un pobre desheredado sin vigor de espíritu, sin esperanza y sin ideas.

Herido por aquel ultraje, el hidalgo atiesó de pronto su cuerpo. Ya os he dicho mil veces, señora replicó levantando la frente y mostrando sus ojos humedecidos, que mi sangre es tan clara y tan limpia como las mejores de España.

«Bajo la ígnica cruz del cristianismo «Que corona tu domo, el despotismo «Yace herido del rayo popular, «Y la divina imágen que soñaron «Los hombres que tu basa levantaron «Le oprime con su planta de titanEs mi barco mi tesoro, Es mi Dios la libertad. Espronceda. Es una linda goleta Ligera como la brisa, Que en el Plata se desliza Cual fantástica vision.

Entre tanto los salvajes, aunque corrían a la desesperada, sin dejar de lanzar sus armas, no lograban alcanzar a los dos jóvenes, que corrían como ciervos. En pocos momentos llegaron a las rocas y las escalaron sin detenerse. Iban a volverse para disparar otra vez, cuando vieron al Capitán abandonar la caldera. ¿Estás herido, tío? le preguntó Cornelio, corriendo hacia él.

Ya pesar del respeto con que hablaba al herido, sus palabras tenían un susurro de cariñosa intimidad, como si don Jaime fuese otro para ella luego que la desgracia los había aproximado.