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12 Y volvió a enviar al tercero; mas ellos también a éste echaron herido. 13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado; quizás cuando a éste vieren, tendrán respeto. 14 Mas los labradores, viéndole, pensaron entre , diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle para que la heredad sea nuestra.

24 Herido o magullado, roto o cortado, no ofreceréis al SE

Al verlos los piratas, salieron de los matorrales lanzando gritos de triunfo y blandiendo sus parangs en son de amenaza. ¡Canalla! gritó Van-Horn . ¡Ahí va eso! El salvaje más cercano, herido por la bala del piloto, cayó a tierra dando un alarido de desesperación.

Pero Juan, haciendo un ademán de horror, retrocede más ante la mano que lo roza; y dirigiendo a Martín una mirada llena de angustia mortal, le dice con voz ronca: ¡Déjame!... ¡no quiero, no quiero tener nada que ver contigo! ¡ya no soy tu hermano! Martín, sobrecogido, se agarra con las dos manos a la mesa que está junto a él, y se deja caer, como herido de una puñalada, sobre el banco inmediato!

Al día siguiente, Linda no le dejó salir; y al verse dominado por ella, por su suave encanto, encontró el herido que sus convalecencias eran más peligrosas para sus sentimientos que para su salud. Que le avisen a mi cuñado donde estoy dijo Martín varias veces a Linda.

¡No es eso, no es eso! exclamó D. Carlos con impaciencia, herido por el tono irónico de aquellas palabras. Respecto al cariño que nos tenemos, demasiado sabes á qué atenerte. Pero por encima del cariño hay otra cosa mucho más importante para , que es la honra. el amor propio. Bien, pues el amor propio.

Fue con un pobre pastor, que murió fusilado por no haber querido ser traidor. Estaba de rodillas en el momento de recibir la muerte, y en vano procuraba alejarte de su lado. Pidió que te apartasen, y nadie se atrevía. Sonó la descarga, y , fiel amigo del desventurado, caíste mortalmente herido al lado del cuerpo exánime de tu amo.

Don Juan se levantó como herido por una punta envenenada.

Antes de morir tuvo tiempo de confesar, y perdonó á los agresores, que salieron precipitadamente de la iglesia, uno de ellos mal herido

En la Alameda fué herido el sargento, pero no pudo ser entonces capturado, cosa que no se verificó hasta el 18 de Octubre, en que á vuelta de muchas pesquisas y con no poca fuerza, pudo el bravo ser reducido á prisión.