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Gabriel alababa al leer esto la prudencia y la tolerancia del buen moro Abu-Walid; pero aún admiraba más, con entusiasmo de seminarista, a aquellos prelados fieros, intransigentes y batalladores, que atrepellaban leyes y pueblos para mayor gloria de Dios. El arzobispo don Martín es capitán general contra los moros de Andalucía, conquista villas y acompaña a Alfonso VIII en la batalla de Alarcos.

«No había muerto el gran Barinaga, aquel mártir de las ideas, dentro de ninguna confesión cristiana; luego era contradictorio...». Deje usted, deje usted había advertido Foja con mal gesto . No seamos intransigentes, no extrememos las cosas. Es de más efecto que se rece. Esto no es una manifestación anti-católica observó el maestro de escuela. Es anti-clerical dijo otro liberal probado.

Adviértase que he escogido de intento el testimonio de uno de los románticos más intransigentes, para que se vea cómo no existe y debe tenerse por un fantasma, creado por las necesidades de la polémica, ese idealismo enemigo de la verdad humana, del cual triunfan tan fácilmente los críticos naturalistas, como triunfaba el ingenioso hidalgo de los cueros que encontró en la venta.

Además, gentleman, yo, como dice mi padre y otras mujeres intransigentes, tengo un alma de esclava, porque á todas ellas les parece una esclavitud no ser las primeras en cualquier momento y no poder dominar y maltratar al ser que marcha á su lado. A , la libertad á solas, la independencia áspera y egoísta, no me seducen.

Era un escéptico absoluto, un hombre de teorías hechas e intransigentes. Hablamos de la esclavitud, y sin ascender a la región suprema de la moral, manifesté simplemente la repugnancia estética que me causaba la explotación del hombre por el hombre.

Por lo demás, hacía ya tiempo que era moderado, y de los más intransigentes; había sido gobernador en varias provincias y diputado en dos legislaturas. Desde algunos años antes, los niños a cuya protección había dedicado tantos desvelos yacían abandonados a sus propias fuerzas, lo mismo que los negritos.

Las dos señoras que viven con usted son muy intransigentes. Quería el joven evadirse, con esta salida, de la contestación enojosa que las palabras y la actitud de la santa parecían exigir. No me importa su carácter dijo ésta. Yo las quiero, son mis parientas y compañeras de toda mi vida. Después que yo tome una resolución irrevocable, poco me importa lo que ellas puedan decir ó hacer.

Hoy, una tercera guerra civil, otro sitio como el último, mataría á Vizcaya. ¿Qué sería de los altos hornos, de tanta fábrica y tanta vía férrea?... Por esto hemos abandonado, quien más quien menos, nuestra antigua bandera. Para servir á Dios no se necesita de política. Nosotros somos cada vez más intransigentes en lo tocante á la sacrosanta religión; ¿pero pelearse por reyes?

Entraba en el Café Inglés, donde se reunen los partidarios de los toreros andaluces, y con su presencia evitaba que el implacable comentario siguiera cebándose en su nombre. El mismo, sonriente y modesto, iniciaba la conversación, con una humildad que desarmaba a los más intransigentes.

En cuanto a Daudet, los mismos naturalistas no le cuentan entre los suyos sino con muchas atenuaciones y distingos, teniéndole más bien por un aliado útil que por un partidario fervoroso. Y realmente, en los libros de Daudet no faltan figuras de convención, ni deja de respirarse cierta atmósfera poética, que los intransigentes de la escuela condenan con los nombres de romanticismo y lirismo.