United States or Nigeria ? Vote for the TOP Country of the Week !


No dejáis por eso de ser cristiano y hermano mío. ¡Ah, señor! ¡qué bondadoso sois! No tal; pero dejáos de señorías y llamadme padre. Pues bien, padre Aliaga, ya que me dais valor, voy á deciros... me atrevo á deciros... Montiño se detuvo. Fray Luis siguió arreglando sus tizones. Pues... me atrevo á deciros, aunque os parezca impertinencia, que vengo á confesarme con vos.

Ya, ya lo veo. ¿Pero á quién esperáis? A un hombre. Decid más bien á un muerto; y dígolo, porque á pesar del demasiado aire que dais á la hoja de la espada, si yo no fuera quien soy, me hubiérais hecho vos lo que no quiero ser en muchos años. Pero el nombre del muerto; digo, si no hay secreto ó dama de por medio, que no siendo así...

No me atrevo a preguntaros ese motivo porque no os gusta que se os interrogue. Pero, ¡me dais pena, Marta! Lo conozco bien en vuestra fisonomía; tenéis pena y tenéis miedo. Podéis quedaros a mi lado, sin embargo; mi madre nos ha perdonado a las dos, según decís. Esta felicidad inesperada, debiera alegraros; sin embargo, estáis pálida, y vuestra mirada está obscurecida por pensamientos inquietos.

Lo único que conseguiréis si dáis con ellos será el degüello de la mitad de vuestra gente y la perspectiva, para los que sobrevivan, de ser vendidos como esclavos y pasar la vida remando en galeras piratas ó moras.

Pero, con todo esto, por dondequiera que va muestra su tristeza y melancolía, y no se precia de criar en sus aguas peces regalados y de estima, sino burdos y desabridos, bien diferentes de los del Tajo dorado; y esto que agora os digo, ¡oh primo mío!, os lo he dicho muchas veces; y, como no me respondéis, imagino que no me dais crédito, o no me oís, de lo que yo recibo tanta pena cual Dios lo sabe.

Nada puedo ver, contestó el interpelado con melancólico acento, porque con las prisas que vos nos dáis siempre que se trata de ir á romperse el alma con alguien, tengo atragantada una ostra como el puño y no puedo olvidar la botella de vino de Chipre que tuve que dejar sobre la mesa, sin más que catarlo.

La anarquía que nosotros queremos establecer existe ya en las costumbres, pero todavía no es más que una anarquía en el sentido que vosotros la dais, es decir, el desconocimiento y la lesión de las leyes. Lo que se necesita en vez de aquello, es una anarquía que se conforme a las leyes naturales, la uniformación consciente del instinto vital: fuera de eso no hay nada

Á los principios me estoy Á el cabo de tres semanas. ¿Adonde, esperanzas vanas, Con este imposible voy? 930 Todas son penas posibles, Pues que sin celos amáis. ¡Ay, ojos, celos me dais, Aunque celos invisibles! Quéjase de amor doña Ana, 935 Y á no me tiene amor: Esto es celos en rigor. ¿Por qué, si es sospecha vana?

Si nos dais por supuesto que es imposible que una cosa sea y no sea á un mismo tiempo, será posible que á un mismo tiempo penséis y no penséis; vuestra afirmacion pues «yo pienso» no significa nada; porque junto con ella se puede verificar la opuesta «yo no pienso». En tal caso, la ilacion de la existencia queda destruida; porque aun admitiendo la legitimidad de la consecuencia «yo pienso, luego existo», como por otra parte sabríamos que es posible esta otra premisa, «yo no piensola deduccion no tendria lugar.

¿Decís exclamó que su majestad ama á ese joven? Estoy casi cierto de ello. ¡La prueba! ¡la prueba! No puedo dárosla ahora, pero os la daré. Si me la dais, os hago doblemente rico. Montiño miró de una manera extraviada al fraile.