Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de mayo de 2025
Me dais cuidado por vuestra alma, Montiño dijo fray Luis ; el amor al dinero trae consigo muchos y grandes pecados. En efecto, he pecado mucho. ¿Y os habéis hecho rico...?
¡Ah, pobre Dorotea! dijo Quevedo ; su hermosura y su amor, á pesar de ser tan peligroso, no ha podido haceros olvidar á la hermosa menina. Quisiera que doña Clara oyese, tiene celos. ¡Celos! Como que ama. ¿Y os ha dado esta carta para mí? Mirad á lo que por vos me reduzco. ¡Ah! Dios os premie, don Francisco, la ventura que me dais; pero agonizo de impaciencia. ¿Por leer? Pues leamos.
Su marido murió poco tiempo después. ¿Os dais cuenta? Es como si no hubiese estado casada nunca. Pero eso, ¿qué tiene que ver conmigo? Sed más clara; ¿adónde queréis llegar? Hago cuanto puedo, señor, para que adivinéis lo que no me atrevo a deciros abiertamente.
Voy á ayudaros añadió el joven : esta carta ha venido de palacio á mi tío, de mano de una dueña de la servidumbre. Si no me dais más señas no puedo alumbrar vuestras dudas. ¡Y me duermo, vive Dios, me duermo! dijo Quevedo bostezando. Decidme: ¿hay en palacio alguna dama cuya hermosura deslumbre como el sol? Háilas muy hermosas: ¿la vuestra es esbelta, ligera, buena conversación, morena?...
¿Cómo podéis hacerme semejante pregunta? replicó el ministro. Sería ciertamente un juego de niños llamar á un médico y ocultar la llaga. Me dais, pues, á entender que lo sé todo, dijo Rogerio Chillingworth con acento deliberado y fijando en el ministro una mirada perspicaz, llena de intensa y concentrada inteligencia.
¡Dios mío! pero dejadme pensarlo. Ni un momento. Pues bien dijo Montiño , sobre vuestra conciencia caerá ese asesinato... no seré yo quien mate, sino vos... que me dáis á elegir entre mi muerte... una muerte horrible, y la muerte de otro. En buen hora; yo cargo sobre mi conciencia con ese crimen. Y si sabéis que es un crimen, ¿por qué le cometéis?
El duque había bajado a la plaza del castillo, y, llegándose a Tosilos, le dijo: ¿Es verdad, caballero, que os dais por vencido, y que, instigado de vuestra temerosa conciencia, os queréis casar con esta doncella? -Sí, señor -respondió Tosilos.
Que estoy decidida a regalaros ese molino, Mathys. El intendente lanzó un grito de alegre sorpresa, y tomó entre las suyas la mano de la condesa. ¡Ay, señora, qué generosa sois! dijo . Ahora ya no deploro todo lo que he hecho por vos. ¿Me dais entonces el molino de agua con la granja? ¿Irrevocablemente, en plena propiedad?
Yo he estado en Argel cinco años esclavo, y sé que no me dais señas dél en ninguna cosa de cuantas habéis dicho.
Contaba extraños servicios suyos, y a título de soldado entraba en cualquiera parte. Decía el de la ropilla y casi gregüescos: -La mitad me debéis, o por lo menos mucha parte, y si no me la dais, ¡juro a Dios...! -No jure a Dios -dijo el otro-, que en llegando a casa no soy cojo, y os daré con esta muleta mil palos.
Palabra del Dia
Otros Mirando