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Actualizado: 28 de mayo de 2025


«Dais fuego del vecino á la techumbre «Y el aquilon lo lleva á vuestro lado, «Y al resplandor de la siniestra lumbre «La reja cae del brazo mutilado. «En el límite estrecho que os separa «Nada está puro del licor humano. «Pueblos, formad una Santa-Alianza «Y presentaos la mano.

Entraron en palacio, y al verse el corchete en un lugar donde no podía ser visto por los otros ministros del Santo Oficio, dijo al cocinero: De aquí no pasáis si no me dais lo que me habéis de dar. ¡Asesino! murmuró Montiño, y sacando cuatro doblones de oro los dió al corchete con el mismo dolor que si le hubiera dado un ala de su corazón. Esto es poco dijo el tremendo alguacil. No tengo más.

Pero no quiere engañaros 2065 Ni olvidarse de quereros: Visitaros y ofenderos Es fuerza para serviros. Esto me manda deciros: Mirad si le dais licencia; 2070 Que le cuesta vuestra ausencia Cuantos instantes, suspiros. DO

¿Pero miedo a qué?... Si yo estaba en el ajo... Os diré el último detalle para que os asombréis. Los cañones que puso Pavía en las boca-calles estaban descargados. Y ya veis los que pasó dentro. Dos tiros al aire, y lo mismo que se desbandan los pájaros posados en un árbol cuando dais debajo de él dos palmadas, así se desbandó la asamblea de la República. El almuerzo está en la mesa.

Dadme, pues, la mano dijo la dama con un acento singular en que se notaba la violencia con que apelaba á aquel recurso. ¿Dónde estáis? Acercad más. Ya que me dais la mano, señora... Os la presto... Pues bien, prestadme la derecha. Seguid y callad dijo la dama, poniendo en la mano de Juan Montiño una mano que hablaba por sola en pro de lo magnífico de las formas de la dama.

Muy bien pagáis á mi fe El hospedaje por cierto Que os hicimos Blanca y yo: Ved qué contrarios efectos Verá entre los dos el mundo; Pues yo, ofendido, os venero, Y vos, de mi fe servido, Me dais agravios por premios. No hay que fiar de un villano Ofendido; pues que puedo, Me defenderé con esto. ¿Qué hacéis?

Empiezanla PEDRO ALVAREZ, y el LEON. Nunca menos con afan He caminado camino, Y segun que yo imagino, No está muy lexos Oran: Gracias te doy, Rey divino. Virgen pura, á vos alabo, Y ruegoos lleveis al cabo Tan estraña caridad, Que si me dais libertad, Prometo seros esclavo. Entrase. Sale OCASION y NECESIDAD.

¡Ah! ¿pero quién créeis que soy yo? No me atrevo á decíroslo. Hablad, hablad sin temor, señora. ¿Me dais vuestra noble palabra de no enojaros? Os la doy. Pues bien dijo doña Ana arrodillándose de repente á los pies del duque de Lerma ; yo soy vuestra, señor, en cuerpo y en alma.., porque hace mucho tiempo que, loca, fuera de , amo á vuestra majestad.

Si es favor, Cuando á besaros la mano Vengo, que el guante perdáis... ¿Qué decis? ¿No me le dais? Tomad. Para ser tan vano, ¿Os turbáis? ¿Qué os embaraza? El guante. Este es sombrero, Y yo de vos no le quiero Sin la cabeza.

¡Adios, afortunados mármoles, que nos representais hombres sencillos, valerosos y honrados! ¡Adios, mármoles, que dais testimonio de que existieron en el mundo la barbarie, la valentía, el cumplimiento de la palabra, la lealtad y la buena fe! ¡Adios bustos! ¡Adios prebostes! ¡Adios, cristianos viejos! ¡Adios, vosotros que fuisteis aquí, lo que los antiguos alcaldes fuéron en mi patria! ¡Dios os tenga en su reino, que harto merecen la gloria eterna, los que siendo incultos, supieron ser cristianos!

Palabra del Dia

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