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Kant tan escrupuloso en el análisis de los elementos contenidos en nuestro espíritu, y tan desdeñoso para con todos los metafísicos que le han precedido, debiera habernos explicado la naturaleza de esta forma en la cual vemos la realidad, y que sin embargo no está contenida en la idea de realidad.

En los de ella ardió una chispa maliciosa, y con ademán súbito y desdeñoso arrojó el clavel que tenía en la mano debajo de las sillas. El conde se puso repentinamente serio; sus mejillas se colorearon. En aquel momento entró Manuel Antonio. La conversación se entabló alegre, indiferente. El conde guardaba, sin embargo, un resto de turbación.

Siguió frecuentando el trato de Amalia y mantuvo con ella en apariencia las mismas relaciones amistosas, mas a despecho suyo, sin darse ella misma cuenta, había unas veces en su actitud, otras en sus ojos, otras en su acento, un leve dejo amargo y desdeñoso que no pasó inadvertido para la penetrante valenciana.

Yo, acometido súbitamente de una gran dignidad, respondí con gesto desdeñoso: No lo . Pero aquel empleado era, por lo visto, hombre amable y de buena pasta, porque insistió, diciendo: Si usted supiera el apellido, tal vez, preguntando por los talleres, podríamos dar con ella. Es una mujer de treinta años o más, pálida, de ojos negros, que lleva un pañolito blanco al cuello.

¡Calma, señora, calma! interrumpió el cura, a quien parecía que en aquel momento le hubiesen quitado de encima un peso enorme. Déjeme usted explicarme con Reina. Veamos, ¿qué encuentras digno de alabanza en la conducta de Francisco I? ¡Caramba! pues es bien simple respondí con tono desdeñoso, pensando que mi cura envejecía y empezaba a comprender con dificultad.

Lope de Rueda no ha sabido utilizarla hábilmente en la parte, en que una joven doncella se disfraza de hombre para sembrar la discordia entre su desdeñoso amante y su nueva rival, y sólo Tirso de Molina demostró después, de la manera más brillante, que con esta intriga podían enlazarse las situaciones más dramáticas.

Elena empezó a meditar. Aquella cabecita ligera, evaporada, principió a darse cuenta vagamente del carácter de la gente que la rodeaba, sobre todo del carácter de su amante. Este había principiado por mostrar con ella un desinterés desdeñoso, susceptible, que aun haciéndola sufrir un poco no dejaba de lisonjearla en el fondo.

Hacía tiempo que le habían a ella chocado las libertades que se tomaba, sus aires de dueño de casa, la impertinencia con que respondía a toda observación, encogiendo, los hombros desdeñoso.

Aseguró, en tono desdeñoso, que aquí estamos muy atrasados en estas cosas, que son tan importantes en todo país civilizado. «Créame, señorita agregó con gravedad imponente: después de haber estado en Longchamps y en Epsom, en los grandes hipódromos de París y Londres, no se puede ir a Palermo.

Plegó el bellísimo entrecejo Dorotea, y adelantó el labio inferior en un mohín desdeñoso. Aunque seas tan hermosa ó más hermosa que doña Clara, hija, te falta una cosa que á ella le sobra. ¿Y qué es lo que me falta? Ser fruto prohibido. Conmovióse profundamente la Dorotea, y sus ojos se arrasaron de lágrimas; al tío Manolillo se le desgarró el corazón.