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Si un cuerpo en movimiento, dicen ellos, choca con otro cuerpo que está en quietud, le comunicará su movimiento; pero esta comunicacion no significa verdadera causalidad, sino que el movimiento del cuerpo chocante es una simple ocasion del movimiento del cuerpo chocado.

Con razón le había dado a él en la nariz aquel famoso Banco Vitalicio, creado de la nada y formado en menos de siete días; y chocado tanto su fundador, Schlingen, un alemán, caído no se sabía de dónde, de las nubes, sin duda, como un aerolito, y que deslumbró en la Bolsa y dominó el mercado desde el primer día, con las trazas todas de un conquistador. ¡Sacramento! repitió entre dientes.

Fuimos á continuar en el salón nuestras simpáticas efusiones, olvidando la señora de Laroque, cada vez más, el tono de benévola protección, que hasta entonces me había chocado en su conversación particular conmigo. Me confesó, que el demonio del teatro la atormentaba en alto grado, y que meditaba hacer representar comedias en el castillo. Me pidió consejos sobre la organización de esta diversión.

Se había fracturado un brazo en su caída; su cabeza, que había chocado contra un pico de la roca, sangraba horriblemente. ¿Qué hacer en tan terrible posición? Comenzaba a amanecer y me dirigía apresuradamente al castillo en demanda de auxilio para él, cuando encontré en el camino una berlina, y en ella un gran señor que volvía de casa de usted; era el cardenal Bibbiena.

Y con toda la intención de hacerlo así, despidió la jarra, derecha á la cara de su antagonista. Pero el marido de ésta, que pugnaba rato hacía por contenerla, al ver el proyectil, bajó instintivamente su cabeza, y cubriendo con ella la de su costilla, recibió en medio del occipital la jarra, que se hizo pedazos, como si chocado hubiera contra un muro.

Por fortuna, Máximo y el doctor no habían venido y me acordé, como una idea luminosa, de un viaje a las Indias, ilustrado con bonitos grabados, que había hojeado hacía unos días. Me acerqué al señor Lautrec, le hablé con entusiasmo de los maravillosos palacios y de las ruinas gigantescas, que me habían chocado, y le inspiré el deseo de ver el libro.

Me curaba muy poco de que pudiera llevar en la cara las huellas de la tempestad que aún no se había calmado dentro de ; me era indiferente que mi casi encierro con aquél hubiera o no chocado a los demás tertulianos..., ¡pues podían venírseme con melindres de beata los que me estaban enseñando a pactar con el demonio para venderle la conciencia!

Los soldados se esparcieron por las ruinas. Julio fué solo hasta el final de ellas, con el propósito de examinar las posiciones del enemigo, cuando, al dar vuelta á un ángulo de pared, tuvo el más inesperado de los encuentros. Un capitán alemán estaba frente á él. Casi habían chocado al doblar la esquina.

Pero al hacerlo, sintió un agudo dolor en el pie, como si hubiese chocado contra una piedra.

Recrear la vista. ¡Como son ustedes tantas y tan bonitas!... Por cierto que me ha chocado ver cómo se las arreglan ustedes de manera que pasan siempre por la Plaza, sea cualquiera la procedencia que traigan.