United States or Solomon Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


No quiero seguir ponderando aquí y recapitulando todo lo que en alabanza de los jesuítas puede decirse y se ha dicho hasta la extinción de la Orden en el siglo pasado.

El lenguaje mismo quedaria horriblemente mutilado si desapareciesen las ideas del órden moral: una conducta buena ó mala serian palabras sin sentido: la alabanza y el vituperio carecerian de objeto; la misma vanidad perderia gran parte de su pábulo; la lisonja deberia limitarse á las prendas naturales consideradas en el órden puramente físico: la palabra mérito, no podria pronunciarse sin caer en el absurdo.

María temblaba con tales apariencias, pues su madre, que tomó el agua del bautismo de aquel Arzobispo de Granada a quien por alabanza llamaron el Santo los moriscos, imprimió a su hija el más tierno apego a la religión cristiana.

El universo con todos sus innumerables fenómenos y creaciones forma un inmenso coro, que entona sus cánticos en alabanza del Eterno; el cielo y la tierra le ofrecen sus dones; los astros, flores del cielo nunca marchitas, y las flores, estrellas transitorias de la tierra, ríndenle también homenaje; el día y la noche, la luz y las tinieblas lo adoran en el polvo, y la humanidad abre los senos más recónditos de su corazón, para que todos sus pensamientos y afectos purificados se concentren en la contemplación de lo infinito.

Quando de improviso un estornudo, Y haciendo cruces por el mal aguero, Del gran Mercurio al mandamiento acudo, Miré la lista, y que era el primero El Licenciado JUAN DE OCHOA, amigo Por poeta y christiano verdadero. Deste varon en su alabanza digo Que puede acelerar y dar la muerte Con su claro discurso al enemigo.

El valeroso español, drama escrito en alabanza de Hernán-Cortés, contiene algunas escenas interesantes, como, por ejemplo, la en que el héroe se defiende ante el Emperador de las acusaciones de que fué víctima; pero son escenas sueltas, echándose de menos interés dramático en el conjunto de la obra .

Señalaban premio a los corredores, honraban a los diestros, coronaban a los tiradores y subían al cielo de la alabanza a los que derribaban a otros en la tierra.

No hizo, no podía hacer Cristos feos de puro demacrados, Vírgenes sin gracia en fuerza de querer representar pureza, mártires chorreando sangre, anacoretas cadavéricos, rostros consumidos ni miembros donde estuviera maltratada y desconocida esa dignidad de la forma, que es también una alabanza para el Hacedor: debía de amar antes al Dios que crea, conserva y embellece, que al que destruye, aniquila y afea; era creyente y no fanático.

Compréndese, sin embargo, que las diferencias entre ambas han de ser radicales. Si el drama inglés se propone la alabanza de Isabel, en el español predomina claramente la tendencia de acumular sobre la cabeza de la Reina hereje todas las manchas de su nacimiento ilegítimo.

Don Bernardino escuchaba sin pestañear, con una sonrisa de encargo en la punta de los labios, y la frase de alabanza preparada ya para salir a escena, en la punta de la lengua, así que S. E. terminara la regocijada relación. Graciosísimo, mi querido doctor, ¡muy bueno, muy bueno! ¡qué sal la suya y qué memoria! porque se necesita memoria... ¡vaya si se necesita!