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Al cabo de treinta días, hízose evidente la necesidad de dar nombre al niño, pues hasta entonces había sido conocido como «el corderito», «el niño de Edmundo», «el cayote», alusión a sus facultades vocales, y aun por el tierno diminutivo de «el maldito bribón». Sin embargo, pronto se dijo que esto era vago y poco satisfactorio, y finalmente prevaleció una nueva opinión.

569 La mandaba a trabajar, poniendo cerca a su hijito tiritando y dando gritos, por la mañana temprano, atado de pies y manos lo mesmo que un corderito. 570 Ansí le imponía tarea de juntar leña y sembrar viendo a su hijito llorar, y hasta que no terminaba, la china no la dejaba que le diera de mamar.

Llevaba en la cabeza la alta peineta que se gastaba a principios del siglo, lucía hermoso pecho y tenía entre las manos una paloma. Presumí que sería la madre de Gloria. A entrambos lados había dos cuadritos al pastel que decían debajo: «Les petits favoris du jeune âge». El uno representaba un niño dando de comer a algunos conejos. En el compañero se veía a otro niño abrazado a un corderito.

Ningún corderito de ocho días sigue á su madre con más afán que yo te seguiría. ¿Balando y todo? Balando también respondió el tonsurado después de titubear un instante. Pues principie usted ahora, á ver cómo lo hace. ¡Oh, qué mala! ¡qué mala eres, Florita! exclamó acariciando al mismo tiempo con la punta de su látigo la mejilla de la joven. ¿Vas al río? Al río voy.

Y hechas estas advertencias, volvamos al asunto principal. Entramos en la iglesia. En el centro de ella, y colocado ya en las pintorescas andas, sobre una mesa, estaba San Juan con el corderito á los pies, y en la diestra la cruz con el Agnus Dei qui tollis peccata mundi, escrito sobre la flámula ceñida á ella.

A ratos se oía el «meee» tembloroso de algún corderito afligido; el silbar, agudo y breve, de los cardenales bajo el corredor; la carcajada burlona de los «pirinchos» y el trueno retumbante y sordo de una gran tormenta que avanzaba lentamente, como llevada por viejos bueyes cansados.

244 Y en esa hora de la tarde en que tuito se adormece, que el mundo dentrar parece a vivir en pura calma, con las tristezas del alma al pajonal enderiece. 245 Bala el tierno corderito al lao de la blanca oveja, y a la vaca que se aleja llama el ternero amarrao; pero el gaucho desgraciao no tiene a quien dar su oveja.

Hallábase ésta bajo dos arcos cruzados, en el sentido de las diagonales de las andas, revestidos de pañuelos de seda de sobresalientes colores, y caían sobre la cabeza del Bautista multitud de relicarios, campanillas, acericos y escapularios, y no pareciéndoles, sin duda, bastante á mis primas la piel con que el escultor cubrió la desnudez de la imagen, habíanle colgado sobre los hombros un rico chal de Manila, que le llegaba hasta los pies, y colocado en la mano con que señalaba el corderito, un pompón encarnado y verde, procedente de un chacó de realistas, cuerpo á que, en sus mocedades, había tenido mi tío la honra de pertenecer.

Quien no ha visto una nube blanca, un árbol, una flor, el agua corriendo, un niño, el rocío, un corderito, la luna paseándose tan maja por los cielos, y las estrellas, que son las miradas de los buenos que se han muerto.... Mal podrán ir allá arriba si se quedan debajo de tierra echando flores. ¡Miren el sabihondo!

El mismo Sancy lo desempeñó luego, mediante una suma de quinientos mil, ó sean dos millones de reales. ¿Qué diria á esto el buen Suizo, que lo vendió por un escudo? Ultima curiosidad. En la calle de los Pequeños Campos, hemos encontrado á una señora que caminaba con el aire de una heroina, mientras que la seguia un corderito, que llevaba sobre el lomo un manojo de parras.