United States or Malaysia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Por esto digo que yerran el camino los jóvenes que buscan la gloria allí donde creyeron encontrarla sus antepasados. La aparición del Vara de plata cortó el diálogo. Corría, pálido de emoción, jadeante, agitando su manojo de llaves. Va a venir Su Eminencia dijo apresuradamente . Ya está en el arco. Quiere pasar la tarde en el jardín. ¡Es un capricho...! Hoy dicen que está inaguantable.

Lejos de eso; a pesar de cierto fondo de escepticismo, su alma era susceptible de ímpetu espontáneo, de súbito desinterés y de efímero entusiasmo, de donde brotaba una emoción fugitiva, una sensibilidad superficial bastante para dar la ilusión de un corazón tierno y generoso donde no había en realidad más que un manojo de nervios.

Mariano oyó un ruido metálico: vio cómo el zapaterillo levantaba el brazo armado con el manojo de llaves caído en los peldaños de la verja, y después oyó un choque de extraña sonoridad, como si golpeasen algo hueco. Gabriel dio un grito y cayó al suelo de bruces. El zapatero seguía golpeándole al cráneo. ¡No le des más...! ¡Detente!

Concluídas las fiestas se abre una fosa al pié de la misma casa, y el pariente más inmediato del difunto coge el onlong ó sea un manojo encendido de hojas secas, y con él sahuma el hoyo á la par que pronuncia estas palabras sacramentales.

García se dejó caer en una butaca y paseando sus ojos relampagueantes por la estancia como si esperase descubrir oculto en algún rincón al odioso reptil se echó mano al bolsillo interior del chaquette, sacó un manojo de cuartillas, dejó caer hacia atrás la capa y se puso a leer con voz hueca.

Sus palabras llevaban el desquite: parecía como si con un manojo de lirios azotara las frentes de los pecadores: sus anatemas eran alfileres con alas.... Esa noche triunfó y ya más nunca dejó de ser el triunfador.

Celedonio, el acólito afeminado, alto y escuálido, con la sotana corta y sucia, venía de capilla en capilla cerrando verjas. Las llaves del manojo sonaban chocando. Llegó a la capilla del Magistral y cerró con estrépito. Después de cerrar tuvo aprensión de haber oído algo allí dentro; pegó el rostro a la verja y miró hacia el fondo de la capilla, escudriñando en la obscuridad.

Don Modesto, que infirió que la buena mujer iba a armar sus baterías, fiel a la neutralidad que había prometido, se despidió, dio media vuelta a la derecha y tocó retirada; pero no sin que la tía María le diese un par de lechugas y un manojo de rábanos.

Hora era ya de que saliese á correr el mundo un hombre como él, que conocía por sus lecturas casi todos los pueblos de la tierra. El dinero no le preocupaba. Doña Cinta lo tenía en abundancia, y era fácil encontrar su manojo de llaves. Un vapor viejo y lento, mandado por un amigo de su padre, acababa de entrar en el puerto y zarpaba al día siguiente para Italia.

Oyendo esto, Ramón se arrodilló por despedida ante el umbral del sepulcro, donde dejaba enterrados sus castos sueños de adolescente. Instintivamente acercó sus labios a un manojo de no-me-olvides que se destacaba entre las flores de la niña muerta... Y al besarlo creyó besar los ojos de Lita, creyó besar por primera y última vez los ojos azules de Lita.