United States or French Southern Territories ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los urritaos, ó sean los jóvenes, levantaron una cruzada que fué á engrosar las filas de los que combatían la idea por el orgullo, viniendo á ser las pasiones sensuales y las tradiciones aristocráticas, las piedras de apoyo que sustentaban la discordia y la oposición.

Cuando don José, el apoderado de Gallardo, y otros amigos del maestro combatían zumbonamente sus doctrinas, a la hora de sobremesa, con objeciones extravagantes, el pobre Nacional quedaba en suspenso, rascándose la frente. Ustés son señores y han estudiao, y yo no leé ni escribí.

A la sombra de un corpulento naranjo, por el lado de la playa, divisó a una mujer vestida de blanco, que se paseaba con un libro en la mano. Estaba demasiado lejos para reconocerla, pero el color del vestido le dio que pensar. No se llevan trajes blancos en una casa donde hay luto. Todas las observaciones que había hecho durante cinco minutos combatían en su espíritu.

De ver era los dos con el concierto Y ánimo feroz que combatian; Sin falta,

Respondiendo sólo con una profunda inclinación de cabeza, obedeció Fray Miguel; bajó del camaranchón antes que el Padre Ambrosio, y despidiéndose de él atravesó los oscuros claustros, levemente iluminados por la luz de las estrellas y por una lamparilla que ardía ante un crucifijo pendiente del muro, y se retiró a su celda, todo conmovido por los mil encontrados pensamientos, deseos y temores que combatían por la posesión de su alma.

¡Si hubiesen estado así en la batalla del Marne!... dijo Desnoyers á su amigo. Ahora, la caballada vivía en interminable descanso. Sus jinetes combatían á pie, haciendo fuego en las trincheras. Las bestias se hinchaban en una tranquilidad conventual, y había que sacarlas de paseo para que no enfermasen ante el pesebre repleto.

En el valle donde se asienta la parroquia de que el ama procedía valle situado en los últimos confines de Galicia, lindando con Portugal las mujeres se distinguen por sus condiciones físicas y modo de vivir: son una especie de amazonas, resto de las guerreras galaicas de que hablan los geógrafos latinos; que si hoy no pueden hacer la guerra sino a sus maridos, destripan terrones con la misma furia que antes combatían; andan medio en cueros, luciendo sus fornidas y recias carnazas; aran, cavan, siegan, cargan carros de rama y esquilmo, soportan en sus hombros de cariátide enormes pesos y viven, ya que no sin obra, por lo menos sin auxilio de varón, pues los del valle suelen emigrar a Lisboa en busca de colocaciones desde los catorce años, volviendo sólo al país un par de meses, para casarse y propagar la raza, y huyendo apenas cumplido su oficio de machos de colmena.

Por encima de la carretera que costea oblicuamente la ladera hasta llegar a los dos tercios de la cumbre se veía entonces una casa, rodeada de algunas fanegas de tierra de labor, la alquería de Pelsly, el anabaptista: era un edificio bajo, de tejado plano a propósito para poder resistir los fuertes vientos que en tal sitio combatían; detrás de la casa, hacia la cúspide de la sierra, se extendían los establos y las corralizas de cerdos.

El madrugar era uno de los mejores medios de disciplina y educación empleados por las madres, y el velar a altas horas de la noche una mala costumbre que combatían con ahínco, como cosa igualmente nociva para el alma y para el cuerpo.

Siguiéronle rigurosamente los pocos estómagos agradecidos que hablaron después, hombres de corta talla política y de escasa significación literaria; y ya se daba por terminada la serie, preparándose griegos y troyanos a escuchar con la boca abierta la última, la más solemne de las palabras, la que estaba obligado y dispuesto a pronunciar el héroe de la fiesta, en cuyo aspecto se reflejaban harto claramente las hondas impresiones que le combatían el espíritu en aquel trance de prueba, cuando se levantó don Mauricio Ibáñez.