United States or Vanuatu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ha llegado á Madrid en busca de fortuna, y solicita que le hagan capitán de Tercios, para lo cual anda de ceca en meca, sin poder conseguir otra cosa que desprecios. La dama de enfrente es de la más alta nobleza, hija de algún montero mayor de la Casa Real, ó cosa por el estilo, lo cual hace que tenga entrada en Palacio, y sea bien quista de Reyes, Príncipes é Infantes.

Los reyes, impulsados por el orgullo español y por las pretensiones heredadas de los cesares germánicos, acometían la loca aventura de dominar toda Europa, sin más base que una nación de siete millones de habitantes y unos tercios mal pagados y hambrientos. El oro de América iba a parar a los bolsillos de los holandeses, y en esta empresa, digna de Don Quijote, recibía la nación golpe tras golpe.

Doncella replicó el soldado ; yo no qué rincón del mundo no habrán ya visitado mis compañeros; pero cuando yo dejé las banderas del Emperador, quedaban nuestros tercios en Alemania, prestos para pasar el Danubio, y el que obedecía al bravo como mancebo Lope de Zúñiga, ya os he dicho... Adiós, soldado le dijo la doncella dando un blando suspiro . Adiós.

Poco fecunda fue España en novelistas durante todo el siglo XVIII y los dos primeros tercios del XIX. Las novelas inglesas y francesas traducidas al castellano, casi bastaban para el consumo, ya publicadas en los folletines de los periódicos diarios, ya propinadas en tomos.

No es ella sola la que ha tenido ese mal gusto expresó con marcada intención Carmelita, muy alegre de haber encontrado aquel rasgo de ingenio. Y ¿quién era ese teniente?... Algún trasto... ¡cómo si lo viera!... tornó a preguntar Emilita con la misma adorable ligereza. ¡Alto, alto, Emilia! manifestó Paco. Paniagua era teniente de los tercios de Flandes y muy bizarro.

Estaban allí los tercios españoles mandados por Gonzaga, los alemanes regidos por el duque de Alba, los italianos acaudillados por Colonna, doscientos caballeros de Malta, a cuyo frente marchaba el comendador don Príamo Febrer, el héroe de la familia, y toda la flota navegaba bajo la dirección del gran marino Andrés Doria.

Os lo agradezco en el alma, bravo soldado; pero esas tierras apartadas que por queríais visitar, no se miran holladas por los tercios españoles. ¿No es cierto?

Dos disgustos, al decir de Montalván, oscurecieron los últimos meses de la vida del genial poeta. Uno parece haber sido la muerte de su inquieto hijo Lope Félix, que se había hecho militar, sirvió en los tercios de la Marina y peleó bizarramente en varios encuentros. Pereció en un naufragio yendo en una expedición para pescar perlas en la isla Margarita.

El señor vicario y el escribano son casi siempre los otros tercios. Jugamos a décimo de real, de modo que un duro o dos es lo más que se atraviesa en la partida.

Esta sintetiza la no interrumpida epopeya que coronó de inmarcesibles lauros al Ejército y la Marina, al sostener aquella heróica lucha de siglos contra fiero enemigo, cuyo valor indomable les dió si, justo renombre, pero que también fué ocasión á que el honor preclaro de las armas españolas alcanzara en la Oceanía, por sus hechos, la misma fama que inmortalizó á los bizarros tercios de Flandes.