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4 Aconteció por tanto a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y asentaron sobre ella campo, y de todas partes edificaron sobre ella baluartes en todas partes. 5 Y estuvo cercada la ciudad hasta el undécimo año del rey Sedequías.

Mi compañera me miró sonriéndose, y con la magnanimidad orgullosa del que otorga una gracia ó concede un perdon, responde á secas: Mañana. ¡Dios te lo pague! contesté yo muy satisfecho. =Dia décimo tercero=. Almuerzo. Coche. Nuestra Señora de Paris. Hija deshonrada. Comida de campo. Salimos del hotel á las diez y media.

En un cuarto de hora Muñoz Torrero había lanzado a la faz de la nación el programa del nuevo gobierno, y la esencia de las nuevas ideas. Cuando la última palabra expiró en sus labios, y se sentó recibiendo las felicitaciones y los aplausos de las tribunas, el siglo décimo octavo había concluido.

Cuando se aliviaba de su mal no dejaba nunca de decir a Ramón: Esto no ha sido nada. Cállate y no digas a nadie que he estado enfermo. Bien está, mi amo; contestaba el criado. Así las cosas, en una mañana, que era la del día décimo después de la partida de D. Jaime, el Padre Enrique tuvo un ataque más fuerte que los anteriores.

Después le enviaron a una provincia, luego a otra y a otra, hasta que, traslado este año, traslado al siguiente, anduvo Pepe media monarquía. Siendo todavía joven se casó en una ciudad de Levante con Manolita, ahora doña Manuela, que al décimo mes de matrimonio comenzó a tener hijos y más hijos.

Si hubiese un abismo por allí, es seguró, tambien que me obligaria á meter las narices en el abismo, como me obligó á mirar la cúpula desde la baranda de hierro, á la altura de un décimo piso. La verdad, dicho sea sin ofender á nadie, no tengo ninguna comezon por ser héroe ni en las profundidades, ni en las alturas.

Estamos convidados para ir á comer mañana en su jardin. No puedo más por hoy. ¡Adios, Vernet! ¡Adios, Versalles! Dia décimo octavo. Visita de un ingeniero, excursiones históricas, epigramas. Estamos quietos y tranquilos en nuestra habitacion.

1050 Yo también tengo algo blanco, pues tengo blancos los dientes; vivir entre las gentes sin que me tengan en menos: quien anda en pagos ajenos debe ser manso y prudente. 1051 Mi madre tuvo diez hijos, los nueve muy regulares; tal vez por eso me ampare la providencia divina: en los güevos de gallina el décimo es el mas grande.

El señor vicario y el escribano son casi siempre los otros tercios. Jugamos a décimo de real, de modo que un duro o dos es lo más que se atraviesa en la partida.

Con estas grandiosas empresas se entretenia el arte musulman en España cuando espiraba el décimo siglo para la cristiandad y con él el entusiasmo artístico en los reyes y pueblos del Occidente. ¿Y qué mucho? La Europa cristiana se hallaba ceñida como por un anillo de hierro y fuego: por el norte los normandos, por mediodia y oriente los mahometanos, la estrechaban con nueva furia.