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Mi vida tenía un objeto, y yo sentía santificarse mis sentimientos y levantarse mi corazón al suave contacto de aquella pequeña existencia pendiente de la mía. Continuaba viendo a mi hermana contadas veces: mi cuñado me mostraba cada día mayor hostilidad; y yo, indiferente y orgulloso, no ponía jamás los pies en Rucanto.

Pero está el daño de todo esto que en este punto y término deja pendiente el autor desta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escrito destas hazañas de don Quijote de las que deja referidas.

Las nubes gustan de amontonarse alrededor de las rocas que se alzan al descubierto: á unas las atrae hacia la roca una electricidad contraria á la suya; otras, impulsadas en el espacio por el viento, van á chocar contra la pendiente del monte, barrera enorme colocada como para impedirles el paso; otras, invisibles en el aire tibio, aparecen al contacto de la piedra fría ó de la nieve.

La voluntad de vivir, la voluntad de gozar, la ilusión de la ganancia, obraban como anestésicos, se sobreponían á las preocupaciones, haciendo que todos olvidasen, para concentrar su existencia en el momento presente. Esta precipitación general hacia el juego abierto disgustó al príncipe y le hizo detenerse en la suave pendiente de los jardines.

Desengañada, al claustro te vinistes y aquí el reposo con placer hallastes; hay siempre quien te aplauda con anhelo; antes era la tierra, ahora es el cielo. Canta Rosa, su voz tiene pendiente un cúmulo de humanas atracciones zozobrando en el rápido torrente de aplauso general y aclamaciones.

Al ver a Jaime se levantó el cantor, dejando el tamborcillo pendiente de una correa sujeta al brazo izquierdo, mientras con la mano derecha, que aún empuñaba el palillo, tocaba el ala de su sombrero. ¡Bon día tengui! Febrer, que como buen mallorquín creía en la ferocidad de los ibicencos, admiraba sin embargo su aspecto cortés al encontrarlos en los caminos.

Una especie de foso con su borde lleno de cieno seco y hojas en descomposición, nos enseña que en este paraje el curso de las aguas es tranquilo y casi sin corriente; más lejos, el lecho aparece apenas trazado porque las aguas se resbalan con rapidez por la gran pendiente; en otra parte, las aristas paralelas de los asientos rocosos atraviesan oblicuamente el fondo desde una á otra orilla, formando obstáculos sobre los cuales la corriente se descompone formando pequeñas ondas.

Después la joven vio una docena de cosacos que trepaban por la pendiente opuesta, entre los brezos, como si fuesen liebres, y más abajo, en un claro, a Yégof que atravesaba el valle, a la luz de la Luna, como un pájaro azorado.

, esa hora, esa hora de amor, para llamarla por su nombre, había sido soberanamente dulce, porque no fué premeditada, porque no había pensado en darle su nombre sino después de haberla agotado; porque había sentido la ebriedad sin la falta. Ahora mi conciencia se ha despertado: véome en la pendiente de un amor imposible, ridículo, peor que esto, ¡culpable!

Juan estaba pendiente de sus labios. Cristeta suspiró; luego guardó silencio en larga pausa, mirándole fríamente, mostrándole impávida el azul profundo de sus ojos; se pasó la lengua húmeda por los labios secos, y muy despacio, levantando una mano y posándosela en el hombro, le dijo con melancólica solemnidad, al mismo tiempo que dejaba caer ruborosa los párpados de larguísimas pestañas.