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Maximiliano contempló un rato el grupo fotográfico de las chicas de Samaniego, Aurora y Olimpia, con mantilla blanca, enlazados los brazos, la una muy adusta, la otra sentimental. ¿Por qué miraba aquello? Su turbación le llevaba a colgar las miradas aquí y allí, prendiendo el espíritu en cualquier objeto, aunque fueran las cabezas de los clavos que sostenían los retratos.

21 E hizo volver a su oficio al príncipe de los maestresalas; y dio el vaso en mano del Faraón. 22 Mas hizo colgar al príncipe de los panaderos, como le había declarado José. 23 Y el príncipe de los maestresalas no se acordó de José, sino que se olvidó de él. 2 y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, que pacían en el prado.

Don Acisclo consiguió que se quitase la mesa de dicho lugar y que se diese a Villafría, población más céntrica y cómoda, según él demostró. En Villafría estaba seguro don Acisclo de que volcaría el puchero en favor de D. Jaime. Volcar el puchero significa poner o colgar todos los votos posibles al candidato a quien se quiere favorecer.

Los dos nobles hicieron colgar sus escudos de armas al costado del barco y observaron con el mayor interés las señales con que respondían los transportes y que les indicaban los nombres de aquellos caballeros á quienes las enfermedades ó las heridas hacían regresar á sus hogares en tan críticos momentos.

Quite usted, quite usted... Eso lo dice por disimular. ¡Sabe Dios las misericordias que usted, a la calladita, habrá hecho en este mundo, con esta misma Mauricia tal vez...! Y ahora me las quiere colgar a . ¡Yo!... ¡Jesús! No digo que no tenga yo también algunas buenas obras en mi cuentecita del cielo; ¡pero compararme con usted...! Calle por Dios, señora.

Pero ella ha de sonar en algun dia En la torre de la alta Catedral, Para mi Patria anuncio de alegría; Para el tirano un eco funeral. Y se alzarán los cánticos sagrados Como cuando cayeron los leones, Y cuando cien Británicos pendones En su techumbre el pueblo hizo colgar.

¡Ana, sube, anda, tonta! gritó la viuda mientras devoraba a la Regenta con los ojos de pies a cabeza. Para Obdulia las demás mujeres no tenían más valor que el de un maniquí de colgar vestidos; para trapos ellas; para todo lo demás, los hombres. Ana se excusó otra vez; tenía que hacer. Saludó con graciosa sonrisa y siguió adelante.

Y después con dedos temblorosos, saqué del interior de la caja el precioso objeto que me había sido legado, la pequeña bolsita usada de gamuza del tamaño de la palma de la mano de un hombre, a la cual estaba unida una delgada pero muy fuerte cadena de oro para poderla colgar del cuello.

Al darse cuenta don Jacobo del sudor que bañaba los costados de su caballo tordo, refrenó, al fin, su velocidad, e introduciendo al animal por un sendero que servía de atajo, tomó un trote corto, dejando colgar con descuido las riendas de sus manos. A medida que adelantaba el camino, variaba el aspecto del paisaje, haciéndose más pintoresco.

Y desfilaban por el oratorio cinematógrafo, la cueva de Covadonga; un árbol fantástico de la Reconquista «donde el guerrero colgaba su espada, el poeta su arpa, etc., etc.», pues todos acudían a colgar cualquier cosa; los siete siglos de batallas por la cruz, plazo algo largo, mediante el cual fue expulsada del suelo español la impiedad sarracena.