United States or Togo ? Vote for the TOP Country of the Week !


Medio por curiosidad, medio por broma, pero todos de buen humor, siguieron los mineros a entrambos lados del carro; unos delante, otros detrás del sencillo ataúd; pero sea por la estrechez del camino o por algún sentimiento momentáneo e instintivo de piedad, a medida que adelantaba el carro, el acompañamiento se retrasaba en parejas, guardando el paso y tomando el aspecto de una solemne procesión.

Raguet y Catalina se miraron pálidos de terror; la puerta se abrió... Ante la vacilante luz de la bujía vieron un demonio inmenso que se adelantaba lentamente sobre sus dos patazas, con los ojos fosforescentes de cólera... Era Cónsul, el mono chimpancé. Al apercibir los gritos de Catalina había sacudido con tal fuerza la puerta de su jaula, que había cedido... ¡Venía a socorrer a su ama!

Adelantaba yo maquinalmente a lo largo de una calle. Aquella calle era corcobada de configuración y ciega de luces. Hacía un frío de cuarenta grados y nevaba. De repente brilló una luz a lo lejos, y un cuerpo humano proyectó sobre la pared una gigantesca sombra. Y, sin embargo, lo que producía aquella sombra gigantesca era una niña. Aquella niña era una trapera.

Se adelantaba al paso; y ya Frantz había apuntado, cuando detrás de él apareció otra lanza y otro cosaco, y después otro... En toda la extensión del monte, sobre el fondo pálido del cielo, no se veían mas que banderolas en forma de cola de golondrina y el brillo de las lanzas de los cosacos, que avanzaban en fila, directamente hacia el trineo, pero sin apresurarse, como gentes que iban en busca de algo, unos alzando la vista y otros inclinándose en la silla para mirar entre la maleza.

Al darse cuenta don Jacobo del sudor que bañaba los costados de su caballo tordo, refrenó, al fin, su velocidad, e introduciendo al animal por un sendero que servía de atajo, tomó un trote corto, dejando colgar con descuido las riendas de sus manos. A medida que adelantaba el camino, variaba el aspecto del paisaje, haciéndose más pintoresco.

Guardaban demasiados recuerdos para ser contemplados con indiferencia, y ellos se habían propuesto mantener hasta el último momento su fingida serenidad. Ojeda dio unos duros a la portera, que les salía al paso arrebujada en un mantón para abrir los cristales del zaguán. La adelantaba la propina del próximo mes. ¡Que Dios se lo pague, señoritos!

El grupo de soldados del Duque se abrió para dar paso a una mujer que se adelantaba vacilante. Era Antonieta de Maubán, vistiendo blanca y holgada bata, suelto a la espalda el negro cabello, pálido el rostro y cuyos ojos brillaban amenazadores a la luz de las antorchas. Su trémula mano empuñaba un revólver y adelantándose por el puente apuntó a Ruperto y disparó.

Su nombre salía con dificultad de los labios del señor, pero su recuerdo se estaba moviendo desde mucho antes en su memoria. El muchacho agitaba la cabeza negativamente. El Ferrer tampoco adelantaba gran cosa sobre sus rivales, y el Capellanet no parecía sentirlo mucho. Se había enfriado algo su admiración por el verro.

La litera, según podía juzgar Quevedo por el silencio que le rodeaba, sólo interrumpido de tiempo en tiempo por lejanos ladridos de perros campestres y por lo sordo de los pasos de las cabalgaduras de sus guardianes, adelantaba por un camino. Oíase además el lento, monótono y acompasado rumor de aquella lluvia tenaz que no había cesado durante cuatro días.

Giraron la cabeza para ver si había entrado algún caballo en la chacra, y se doblaron de nuevo. Los fox-terriers volvieron al paso al rancho. El cachorro, erizado aún, se adelantaba y retrocedía con cortos trotes nerviosos, y supo de la experiencia de sus compañeros, que cuando una cosa va a morir, aparece antes. ¿Y cómo saben que ese que vimos no era el patrón? preguntó.