United States or Qatar ? Vote for the TOP Country of the Week !


7 He aquí, que sus embajadores darán voces afuera, los mensajeros de paz llorarán amargamente. 8 Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres. 9 Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón fue tornado como desierto.

Un motivo no puede faltarte para tus acciones odiosas; ya tienes el vicio de hacerlas. El sufrimiento interior que la expresión resentida de Raquel había suscitado en su espíritu, se anuló en seguida bajo la violencia de esta última frase. Como su hermana quisiera marcharse, la retuvo. Yo no podría sino reírme le replicó de cualquier muchacho que se parezca a Castilla.

Anda, que no eres mas que un curioso, y nunca has estado enamorado; que si fueras Saturnino legítimo, mas constante serias. ¿Adonde vas? ¿qué quieres? ménos errantes son que nuestras cinco lunas, y ménos mudable nuestro anulo. Esto se acabó; nunca mas he de querer.

14 Y el macho incircunciso que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; mi pacto anuló. 15 Dijo también el SE

Abrazóla el filósofo, lloró con ella, puesto que filósofo; y la dama, despues de haberse desmayado, se fué á consolar con un petimetre. Partiéronse nuestros dos curiosos, y saltáron primero al anulo que encontráron muy aplastado, como lo ha adivinado un ilustre habitante de nuestro glóbulo; y desde allí anduviéron de luna en luna.

Nada mas que setenta y dos, dixo el académico, y todos los dias nos lamentamos de tanta escasez; que nuestra imaginacion se dexa atras nuestras necesidades, y nos parece que con nuestros setenta y dos sentidos, nuestro anulo, y nuestras cinco lunas, no tenemos lo suficiente; y es cierto que no obstante nuestra mucha curiosidad y las pasiones que de nuestros setenta y dos sentidos son hijas, nos sobra tiempo para aburrirnos.

Hubiera usted hablado antes... Bastante he hablado, picarilla... Pero no como hoy, nunca me dijo usted que era un desaire que yo le hacía y que ya sabían estas señoras el negarme a venir.... ¡Llovía tanto!... Ya sabe usted que a la humedad me mata, la calle mojada me horroriza.... Yo estoy enferma... , señor, a pesar de estos colores y de esta carne, como dice don Robustiano, estoy enferma; a veces se me figura que soy por dentro un montón de arena que se desmorona.... No cómo explicarlo... siento grietas en la vida... me divido dentro de ... me achico, me anulo.... Si usted me viera por dentro me tendría lástima.... Pero, a pesar de todo eso, si usted me hubiese hablado como hoy antes, hubiese venido aunque fuera a nado. , don Fermín, yo seré cualquier cosa, pero no desagradecida. Yo lo que debo a usted, y que nunca podré pagárselo. Una voz, una voz en el desierto solitario en que yo vivía, no puede usted figurarse lo que valía para ... y la voz de usted vino tan a tiempo.... Yo no he tenido madre, viví como usted sabe... no ser buena; tiene usted razón, no quiero la virtud sino es pura poesía, y la poesía de la virtud parece prosa al que no es virtuoso... ya lo ... Por eso quiero que usted me guíe.... Vendré a esta casa, imitaré a estas señoras, me ocuparé con la tarea que ellas me impongan.... Haré todo lo que usted manda; no ya por sumisión, por egoísmo, porque está visto que no disponer de ; prefiero que me mande usted.... Yo quiero volver a ser una niña, empezar mi educación, ser algo de una vez, seguir siempre un impulso, no ir y venir como ahora.... Y además necesito curarme; a veces temo volverme loca.... Ya se lo he dicho a usted; hay noches que, desvelada en la cama, procuro alejar las ideas tristes pensando en Dios, en su presencia. «Si

10 mas ahora es manifestada por la venida de nuestro salvador Jesús, el Cristo, el cual asimismo anuló la muerte, y sacó a luz la vida y la incorrupción por el Evangelio; 11 del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los gentiles.

El bueno del P. Jacinto, confesor de Clarita, le aseguraba que la promesa era nula. Clarita al cabo la anuló, haciendo otra promesa dulcísima para D. Carlos. Le prometió darle su mano, confesándole al fin que le amaba. Una alambicada cavilación había detenido á Clara en dar el á D. Carlos.

Sin embargo, Alfinger y sus sucesores no lograron establecer la autoridad española más allá de una faja estrecha a lo largo de la costa. Sólo en el año 1545, cuando el gobierno español despachó a Juan de Carvajal y anuló la concesión de la familia de Belzares, se logró establecer una colonia permanente en el interior.