United States or Namibia ? Vote for the TOP Country of the Week !


La niña señaló un montón como de vestidos andrajosos, deshechos y echados en el agujero por el último habitante de la misma. El maestro se aproximó y a la luz de una antorcha se inclinó sobre ellos. Era el cuerpo inerte de Smith con la pistola en la mano y la bala en el corazón, tendido al lado de su bolsa vacía.

El obrero, el habitante de los arrabales y el ganapan de las calles y del puerto, al contrario, son ásperos en todo, de mala índole, de instintos pendencieros y brutales.

En ningún otro género encuéntrase identidad entre el habitante y su nido; mas siendo aquí extraído de su substancia, el edificio es la continuación de su manto de carne, cuyas formas y tintas adapta. Debajo del edificio, el arquitecto es por propio la piedra viva. Arte asaz sencillo para los sedentarios.

El Hombre-Montaña pudo vagar á lo largo de la costa sin tropezarse con ningún habitante, porque todos los ribereños se habían metido tierra adentro por orden superior. Al verle tendido en el suelo, empezó el asedio de su persona.

Arrastró vida mísera durante algunos años, solitario habitante de los barrios del Sur, sin atreverse a pasar a los del Centro y Norte, por miedo de encontrar conocimientos que le vieran mal calzado y peor vestido; y habiendo perdido aquellos acomodos, buscó otros, aceptando al fin, no sin escrúpulos y crispaduras de nervios, el cargo de comisionista o viajante de una fábrica de jabón, para ir de tienda en tienda y de casa en casa ofreciendo el género, y colocando las partidas que pudiera.

Pero el individuo habilitado solamente para repetir como un fonógrafo, con o sin variaciones, lo que le han enseñado en la ciencia circunscripta por la fe, no podrá ser más que un loro sabio, de grande o aun de maravilloso vocabulario, y el país que cultive todos los poderes intelectuales del habitante estará siempre mucho más arriba del que sólo cultive alguna parte.

Al enterarse de que el ingeniero no era rico, hizo un gesto de duda. Tenía por inverosímil que un habitante de América, lo mismo la del Norte que la del Sur, no poseyese millones. Pensaba por instinto, como la mayor parte de los europeos, siéndole necesaria una lenta reflexión para convencerse de que en el Nuevo Mundo pueden existir pobres como en todas partes.

Su capacidad de alimentación sólo era comparable, según Isidro, a la de un náufrago que se salva o a la de un habitante de ciudad sitiada que se rinde después de varios años. Cuarenta generaciones de jornaleros hambrientos comían por su boca. En aquel mismo instante, mirando Ojeda hacia el paseo de babor, vio a Isidro que acababa de abandonar su conversación con las señoras y venía hacia él.

En la segunda parte de la novela es donde todo buen musulmán, y más aún todo buen cristiano, tienen que censurar y que escandalizarse. Asal, habitante de un país muy poblado y civilizado, y fervoroso creyente en una religión positiva, se siente inclinado a la mística contemplación, huye del mundo, busca la soledad del yermo y viene a dar en la isla donde Hay habita.

Por otra parte, ¿cómo no abrazar con ardor las ideas generales el pueblo que había contribuído tanto y con tan buen suceso a generalizar la revolución? ¿Cómo ponerle rienda al vuelo de la fantasía del habitante de una llanura sin límites, dando frente a un río sin ribera opuesta, a un paso de la Europa, sin conciencia de sus propias tradiciones, sin tenerlas en realidad, pueblo nuevo improvisado, y que desde la cuna se oye saludar pueblo grande?