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Actualizado: 17 de mayo de 2025


Te vi cruzar por el pasillo con una cara tan extraña, que no pude menos de seguirte... No lo que dice ese periódico que has dado a Ventura, pero debe ser algo muy feo y repugnante... ¡La injuria mayor que se puede hacer a un hombre! profirió Gonzalo con la garganta apretada. ¡Qué infames! ¡Insultarte a ti que jamás les has hecho daño alguno! Tienes razón, la culpa es de Ventura.

Power, con una tarjeta que ostentaba su nombre. La puerta permanecía entreabierta e inmóvil, fija en esta posición por un gancho interior para que dejase entrar el fresco del pasillo. Fernando miró por el espacio abierto, sin ver otra cosa que la mitad de una mesa ocupada por artículos de tocador.

Por fin evocó todo su valor: se dirigió á la puerta que daba al pasillo, y le echó el cerrojo; después corrió á la puerta que comunicaba con la habitación inmediata con intento de cerrarla también; pero ya era tarde, porque Bozmediano entró muy tranquilo en el cuarto. ¡Jesús! exclamó Clara, retrocediendo con espanto. Váyase usted, por Dios. ¡Qué atrevimiento!

Permaneced a su lado hasta que yo os llame. Diré que ya ha partido. Dejadme hacer; fiad en . Vuestros enemigos se marcharán del castillo sin haber descubierto nada. Entonces, llevaréis a la loca a Francia. Pero, ¡Dios mío! ¡qué indeciso y consternado estáis! Tomó al intendente por los hombros, lo empujó fuera de la puerta y lo miró salir y subir hasta que desapareció en el pasillo.

Entonces el médico le dijo: « Bien, ya que usted no puede moverse, voy a la iglesia a ver si consigo que la gente se aparte un poco para que usted vea desde ahí.» Y en efecto, al poco rato observó que la muchedumbre dejaba un bastante ancho pasillo frente al enrejado, y entonces vio a lo lejos, sobre las escaleras del altar mayor, la figura arrogante de María en traje de desposada.

Así ataviada, y en todo semejante a una avispa, la gentil muchacha anduvo largo rato por un pasillo, hasta que, viendo a don Quintín sentado bajo el mechero de gas y enfrascado en la lectura, se le acercó y le dijo, aludiendo al periódico que tenía en las manos: Si ve usted en los anuncios que alguien busque casa para vivir en compañía, dígamelo usted, que tengo un gabinete muy mono.

Hace un momento me hallaba en el teatro de la Comedia. Era el beneficio del primer galán. La sala estaba de bote en bote. En el segundo entreacto fui a saludar a la marquesa de Zamara y a su hija Matilde, que estaban en la primera fila de butacas, cerca del pasillo lateral de los números pares.

«¡Papitos...!» gritó la señora, y al punto se oyeron las patadas de la chica en el pasillo como las de un caballo en el Hipódromo. Presentose con una patata en la mano y el cuchillo en la otra. «Mira le dijo su ama con voz queda . Ten cuidado de ver lo que hace el señorito Maxi mientras yo estoy fuera. A ver si escribe alguna carta o qué hace».

El perro Plutón, situado detrás del doctor, miraba aquello con aire atento, como si comprendiera de lo que se trataba, y de vez en cuando estiraba las patas y arqueaba el lomo, abriendo la boca hasta las orejas. Materne no pudo ver más. ¡Vámonos! dijo. Apenas hubieron entrado en el obscuro pasillo, oyeron exclamar al doctor: «¡Aquí está la bala

Acercose a la ventana, mirando a la calle por entre los cristales, y allí estuvo un largo rato con la atención vagabunda y el pensamiento adormilado, cuando un rumor en el pasillo la sacó de su abstracción. Al volverse, se quedó atónita, viendo a Jacinta que, detenida en la puerta, alargaba la cabeza para ver quién estaba allí.

Palabra del Dia

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