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De Real órden comunicada por el Señor Ministro de la Gobernacion de la Peninsula, lo digo á V. E. para su inteligencia y efecos correspondientes. Lo traslado á V. S. para su debida noticia, fines subsiguientes y por respuesta á su atento escrito de 7 del corriente, relativo al particular de que hecha mencion. Dios guarde á V. S. muchos años. Zaragoza 21 de Julio de 1844. Manuel Breton. Sr.

Entonces se yergue gallardo como un león; alza la cabeza; pone las dos patas delanteras en el aire; las observa atento; se vuelve rápido cuando ellas se vuelven... La Naturaleza es maravillosa; estos saltadores diriase que son felinos diminutos. Ron es audaz y feroz. Azorín ha soltado en la caja un moscardón fuerte y voluminoso.

Trabajaba muy de prisa, pujaba mucho en sus arremetidas a contraveta y en los cambios de postura; y fuera de su labor, nunca estaba atento a nada más que lo poco que se le ocurría al Topero, y eso para celebrárselo con una risotada que jamás venía al caso.

Y donde son por ásperas montañas Sayas y angeo, telas y cambrayes, Y frágiles tarayes, Paredes de cabañas, Que mejor que de pórfido linteles Defienden rayos jambas de laureles. Describir el villano al fuego atento, Cuando con puntas de cristal las tejas Detienen las ovejas, O cuando mira exento Cómo de trigo y de maduras uvas Se forman trojes y rebosan cubas. ¿A quién se debe, Claudio

Aquel dinero le quemaba los dedos, pensaba él, o debía quemárselos. La verdad era que la operación material de contar el dinero la hizo con bastante tranquilidad, muy atento sólo a no equivocarse, como solía; porque el reducir aquello a miles de reales, le parecía cálculo superior a sus fuerzas ordinarias. D. Benito le dejaba hacer, estupefacto, o tal vez por el gusto de amateur.

Comienza siempre con una situación que encadena el interés del público; le hace esperar algo, y le obliga á estar atento; después sigue la narración, que explica los hechos y circunstancias necesarias para la inteligencia del drama, y satisface de este modo la curiosidad de los espectadores, quienes poseen ya la clave para comprender lo que sigue.

Ahora se explicaba la repugnancia que había sentido al ponerse en contacto con aquel don Benito tan obsequioso y atento... ¡Y estos sentimientos eran irresistibles! Se los imponían otros que eran más fuertes que él. Los muertos le mandaban, y debía obedecer.

Ante aquella idea experimentaba tal sufrimiento por no saber á qué atenerse, que quiso, aun á riesgo de perderse, ver á aquel hombre, verle de frente, mirarle hasta el fondo del corazón para descubrir su pensamiento verdadero... Levantó los ojos y miró. Al alcance de la mano, más pálido aún por aquellas emociones contenidas, y al lado de Tragomer grave y atento, reconoció á Jacobo. ¡Era él!

Esperó buen rato, fija la vista en la puerta y el oído atento; pero nada vio ni oyó. Lanzó segundo silbido y tornó a esperar. El alma se le desmayó viendo que la casa guardaba su paz de sepulcro. Tornó a silbar con más fuerza. Entonces imaginó que oía un leve y vago rumor dentro del edificio.

Por lo demas, el postillon suizo, que comprende que su individuo es un funcionario público, se hace notar por su amabilidad, su inteligencia en la conduccion del vehículo y la regularidad de todos sus actos, exentos de brutalidad. El funcionario suizo es así en todas las escalas: atento, comedido, lacónico, íntegro y fiel á su consigna.