United States or Sri Lanka ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hermosa, morena, como enajenada, cantaba: Ni debo amarte ni olvidarte puedo, y hondo dolor mi corazón destroza. ¡Contigo, el crimen, y sin ti, la muerte! Lejos de ti, todo en mi vida es sombra. Aunque maldigo mi pasión insana, me complazco en sus cuitas deliciosas. Ni quiero amarte ni olvidarte puedo. ¡Malhaya el lazo!; pero ¿quién lo corta?

Quiero irme para no verte, para olvidarte... porque te odio, ¡te aborrezco!... Luego, agregó en tono de regaño: Vaya usted a la sala: vaya usted a saludar al señor cura. Ya preguntó por usted. ¿Preguntó por ? ; quiere conocer esta buena alhaja. Y cambiando de acento, festiva y urgente: ¡Anda, anda! Te verían entrar y dirán que estás aquí, charlando conmigo. Déjame, que deseo acabar.

Pero en fin, allá se entenderá con Dios; y entre tanto, lo que importa es que afloje los cuartos para mi obra. Y que le ha de valer para su alma, aunque él no quiera... Con que a ver si me le catequizas. Haré lo que pueda... Veremos, le diré algo... No vayas a olvidarte... Adiós, hija de mi alma. Me voy; esta noche me contarás lo que te diga.

Porque lo seas lo sacrificaré todo, me arrancaré del alma tu cariño y procuraré olvidarte. Acuérdate de lo que dice tu tía Carmen: que para , «sólo Gabriela». El corazón me dice que nuestros amores no serán dichosos.... ¿Sabes por qué? Porque nací condenada a padecer, y no me conformo con el cariño de mi papá, que es lo único en que debo fiar.

Me reprocho mi egoísmo, puesto que eres feliz, pero como dice la Escritura, la carne es débil, y mi parroquia, mis deberes y mis oraciones no me han hecho olvidarte todavía. «Adiós, querida y buena hijita mía, terminaré esta carta diciéndote: desconfía de la imaginación». Y esta frase, produjo una impresión desagradable en mi ánimo agitado.

Mi débil voz te anuncia que tu gloriosa hazaña trayendo a Filipinas ¡a mi adorado lar! la lengua de Castilla, la fe de aquella España, los buenos filipinos jamás olvidarán. En vano la desidia pretenderá olvidarte, que el eco de tu nombre resuena sin cesar; se oye entre las ruinas que sirven de baluarte a un ayer glorioso que nunca cederá;

Llegué ayer, mañana salgo para Lisboa. Una corta detención: hablar dos palabras con el empresario del Real; tal vez venga el próximo invierno a cantar La Walkyria. Pero hablemos de usted, ilustre orador... más bien dicho de ti, porque nosotros creo que aún somos amigos. : amigos, Leonora... yo no he podido olvidarte.

¡Olvidarte, olvidarte yo, vida mía! Y don Juan, embriagado, la besó en la boca. ¡Adiós! exclamó Dorotea entre un beso ardiente. ¿Por qué me dices adiós, alma mía? Me llama mi esposo dijo sonriendo siempre Dorotea. ¡Tu esposo! ; acabo de desposarme... con quien estará eternamente conmigo y yo eternamente con él.

Hice esfuerzos sobrehumanos para olvidarte prosiguió con la misma voz temblorosa, apagada por la emoción, pero fueron inútiles... Estás metida a hierro y a fuego dentro de mi pecho... Has sido mi primero, mi único amor en este mundo... Me has hecho mucho daño, ¡mucho! pero aunque me hicieses mil veces más, no se borrarán de mi alma los momentos de dicha embriagadora que te debo... ¡Te quiero, , te quiero, te adoro!... Aunque me llamen cobarde, indigno, lo repetiré a la faz del mundo entero... ¡Si supieses cuánto he sufrido!

Débiles fuímos, nos hiciste fuertes, y combatimos como bravos leones... ¿Como olvidarte en el camino incierto si tu ejemplo fulgura en la conciencia? ¿Si en batalla campal caíste muerto por conquistar la patria independencia? ¡Surge triunfal! No son tus glorias pocas: que el pueblo audaz que estranguló tiranos, ¡te ensalzará con su millón de bocas! ¡te aplaudirá con su millón de manos!