Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


Alza la frente que abatió la pena; Sacude el huracán de tu melena; Llene el viento el clangor de tus rugidos... Despierta, hermosa leona castellana, Que tus huestes tocando están a diana, Con los aceros hacia a rendidos.

Y vosotros, mozalbetes, cuidado con tocar esos espadines que lleváis ú os hago tragar un palmo de hierro en menos que canta un gallo. ¡Dios sea loado! exclamó en aquel momento Roger, viendo venir hacia ellos un casco enorme sobre roja melena, que descollaba entre la multitud. ¡Á , Tristán! Y también Simón. ¡Á , compañeros, ayudadme á proteger á una mujer y un anciano!

A Doña Francisca y a Ponte les asignaba pensión vitalicia, como a otros muchos parientes, con la renta de títulos de la Deuda, que constituían una de las principales riquezas del testador. Oyendo estas cosas, Frasquito se atusaba sobre la oreja los ahuecados mechones de su melena, sin darse un segundo de reposo. Doña Francisca, en verdad, no sabía lo que le pasaba: creía soñar.

Lo dicho repitió el doctor Eneene, acariciando la aceitosa melena, no se me mueva usted de la capital, ¿eh? y véalo a Rocchio, que tenga paciencia; el asunto corre de mi cuenta. En cuanto a la recomendación al Banco, no dejaré de hacerla... se trata de usted y basta; aunque rabien, tendrán que aceptar la propuesta. Muchas gracias, doctor...

Levanta erguida el gaucho su cabeza, Cual soberbio pendon que el viento besa Desplegado á la luz, Cuya negra melena al aire flota, En la tostada frente á la que azota El ábrego del sud. El gaucho! noble tipo Americano, Que desdeña doblar ante un tirano Su indómita cerviz, Que despreciando halagos femeniles Conserva los alientos juveniles De una raza viril.

No menos complacido que el arquero quedó Tristán, pero se limitó á abrir la bocaza y entornar los ojos, que era su manera de sonreirse, procurando con ambas manos ponerse el casco de Simón sobre la enorme melena roja. ¿Vienes á quedarte con nosotros, petit? preguntó el veterano, dando golpecitos en la espalda de Roger.

Conservaba su esbeltez gimnástica de efebo, pero la maternidad había amplificado majestuosamente sus formas. Ya no llevaba su cabellera cortada como una melena de pajecillo, ni se permitía en público los saltos y las travesuras infantiles de aquella amazona patagónica admirada por los inmigrantes. Debía mostrar la seriedad de una mamá.

Una de estas veces marchaba Facundo Quiroga por una calle seguido de un ayudante, y al ver a estos hombres con frac que corren por las veredas, a las señoras que huyen sin saber de qué, Quiroga se detiene, pasea una mirada de desdén sobre aquellos grupos, y dice a su edecán: «Este pueblo se ha enloquecidoFacundo había llegado a Buenos Aires poco después de la caída de Balcarce. «Otra cosa hubiera sucedido decía si yo hubiese estado aquí. ¿Y qué habría hecho, general? le replicaba uno de los que escuchándole había; S. E. no tiene influencia sobre esta plebe de Buenos AiresEntonces Quiroga, levantando la cabeza, sacudiendo su negra melena, y despidiendo rayos de sus ojos, le dice con voz breve y seca: «¡Mire usted!, habría salido a la calle, y al primer hombre que hubiera encontrado, le habría dicho: ¡sígame!; ¡y ese hombre me habría seguidoTal era la avasalladora energía de las palabras de Quiroga, tan imponente su fisonomía, que el incrédulo bajó la vista aterrado, y por largo tiempo nadie se atrevió a desplegar los labios.

Por las tardes llegaba al castillo como antes al Zarzal, con la sotana remangada, la teja bajo el brazo y la melena al viento. Reanudamos nuestras charlas, discusiones y disputas. Me parecía que el tiempo andaba con pies de plomo, y las cartas de Juno que respiraban la más completa felicidad, no eran a propósito para darme paciencia.

Debía sentir impaciencia por encontrarse con él. Media hora antes la había visto en el paseo mirando a todas partes, como si lo buscase. Ni siquiera había hecho sus arreglos matinales. Iba como si se hubiese vestido a toda prisa, y con la melena alborotada. Debe haber vuelto a su camarote para adecentarse un poco. Tiene hambre de verle.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando