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Los cabos, ó puntas de estos fierros ó aceros se han de apretar y ajustar y en los medios se han de abrir ó apartar uno de otro hasta que los cabos vengan á igualar con las extremidades del diámetro de la brújula, y así quedarán los aceros cuasi en figura oval . Estos fierros se han de pegar por la parte baja de la brújula, de manera que las extremidades ó puntas vengan precisamente por la línea del Norte-Sur, y para fijarlos así, se han de cubrir con un papel delgado engrudado, dejando las puntas ó extremidades descubiertas.

No pone codo en la puente Hombre de tales aceros, Ni han visto los lavaderos 1495 Más alentado valiente. Ama en tu misma región. ¿Quién te mete con don Juanes? DO

Ha visto cómo se desnudaban los aceros, cabrilleando en la sombra, bajo la plata mística de las estrellas, buscando bravamente el corazón por el encanto de un soneto.

Paladín de una cruzada de gloriosos caballeros que oficiaron por la patria con la cruz de sus aceros, ofreciose en holocausto como símbolo y proclama, y cayó como una torre que alevoso el rayo asedia, 70 reflejando en la pupila la visión de la tragedia y prendiendo un meteoro del zodiaco de la fama. «Martí: su vida y su obra» por Néstor Carbonell

Súbito choque de aceros resonó: dos voces roncas, una de viejo, irritada, serena y jóven la otra, de entre el silencio salieron, terribles, tempestuosas.

Los dos se aproximaron simultáneamente, cruzáronse los aceros a seis pulgadas de la punta y luego de separarse un tanto los padrinos a derecha e izquierda respectivamente, comenzó la brega en seguida que se oyó la frase sacramental: ¡Pueden empezar, caballeros!

En Burdeos se hallaban también los famosos hornos de fundición y las forjas que habían dado á sus aceros universal renombre y con los cuales se forjaban las espadas y lanzas mejor templadas. Desde su galeón veía Roger el humo que despedían las altas chimeneas de las fundiciones y la brisa le llevaba de cuando en cuando el toque de los clarines que resonaba en las murallas de la plaza.

Sois unos valientes cazadores decía éste tranquilamente desde su escondite . La corza os ha dado el cambiazo, y estás sobre una falsa pista; y mientras que ese pavo va a cruzar en todos los sentidos para fatigarlos y arrastraros en su persecución, la corza pondrá a buen recaudo los ricos tejidos de Venecia, los aceros de Inglaterra y los cobres de Alemania que tiene encerrados en su vientre. ¡Vamos, vamos! ¡a la caza, y por esa estrella que comienza a brillar, pueda la mía ser dichosa esta noche, porque el sol baja!

Los que les han hecho rostro han sido disipados con la misma presteza que el águila suele desbaratar una bandada de palomas. Aprestad las armas i los caballos, empuñad los áceros, volemos al campo de los árabes, atrepellemos sus escuadrones i hagamos en ellos horrible i espantosa matanza.

Y triunfarán de los verdugos fieros de cien persecuciones al estrago, de las garras de tigres carniceros, de falaces serpientes al halago; y aunque derramen, embotando aceros, para ahogar la verdad, de sangre un lago, que si la Cruz al lago es arrojada, sobre el lago de sangre sobrenada. Y vencieron.