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«No señor le decía al Obispo ; yo no comprendo que pueda ser cosa inocente e inofensiva que un sacerdote tropiece con los codos de todas las señoritas majas del pueblo...». El Obispo creía que las señoritas eran incapaces de tales tropezones. «Si fuesen aquellas empecatadas del boulevard, las chalequeras...». Pronto se olvidó la protesta del Rector del Seminario.

-No hemos topado a nadie -respondió don Quijote-, sino a un cojín y a una maletilla que no lejos deste lugar hallamos. -También la hallé yo -respondió el cabrero-, mas nunca la quise alzar ni llegar a ella, temeroso de algún desmán y de que no me la pidiesen por de hurto; que es el diablo sotil, y debajo de los pies se levanta allombre cosa donde tropiece y caya, sin saber cómo ni cómo no.

«No pasa día sin que tropiece en la calle con personas, que ni siquiera se cuidan de saludarme, porque creen haberme pagado bien con su dinero, y sin embargo, a haberlas yo abandonado, ahora reposarían para siempre en el fondo del sepulcro, en vez de pasear a la luz del sol... ¡Y yo, que he sabido combatir a la muerte y llegar a humillarla en pro de seres extraños y hasta desconocidos para , tendré que sucumbir forzosamente ahora que lucho por la vida de mi hija, que es mi propia existencia!

¡Ah! ¡conque hemos llegado! ¡pues me alegro! quitáos de delante no tropiece con vos, licenciado Sarmiento, que lo sentiría por lo que de se os pudiese pegar, y dígame vuesa merced, si no le enoja: ¿se han acordado de poner cama? Aquí os quedaréis dijo el alcalde. Sea por minutos, amigo. Y como no me contestáis y os despedís, id con Dios. Que Dios os guarde.

Aquí no puede menos de haber algún misterio. Pedro habrá hecho alguna majadería en el cuadro. Ellas por estoy seguro de que no hubieran espigado. ¿Á qué asunto habían de espigar? Así que le tropiece me enteraré de lo que ha hecho, y ya verá usted cómo resulta lo que yo dije. La irritación de D. Primitivo cedió ante la esperanza de ver muy pronto cumplida su profecía.

Sus manos siempre están ocupadas: o empaqueta el cigarro, o saca la navaja, o tercia la capa, o se cala el chapeo, o se aprieta la faja, o vibra el garrote: siempre está haciendo algo. Se le conoce a larga distancia, y es bueno dejarle pasar como al jabalí. ¡Ay del que mire a su Dulcinea! ¡Ay del que la tropiece!

Mira, amigo, que la mujer es animal imperfecto, y que no se le han de poner embarazos donde tropiece y caiga, sino quitárselos y despejalle el camino de cualquier inconveniente, para que sin pesadumbre corra ligera a alcanzar la perfeción que le falta, que consiste en el ser virtuosa.

Y más se acentuó esta expresión de beatitud celeste cuando vio salir a D. Jeremías como un huracán, sin decirle adiós siquiera, gritando al trasponer la puerta: En cuanto le tropiece, no hay más, ¡le piso la cara!

Yo, señor Sansón, no pienso granjear fama de valiente, sino del mejor y más leal escudero que jamás sirvió a caballero andante; y si mi señor don Quijote, obligado de mis muchos y buenos servicios, quisiere darme alguna ínsula de las muchas que su merced dice que se ha de topar por ahí, recibiré mucha merced en ello; y cuando no me la diere, nacido soy, y no ha de vivir el hombre en hoto de otro sino de Dios; y más, que tan bien, y aun quizá mejor, me sabrá el pan desgobernado que siendo gobernador; y ¿ yo por ventura si en esos gobiernos me tiene aparejada el diablo alguna zancadilla donde tropiece y caiga y me haga las muelas?

Y como está escrito que todo Hércules tropiece con su Onfalia, don Juan cogió una mano a Cristeta y siguió hablando de este modo: La temporada va a concluir; evite usted hacer ahora ese papel; nos trataremos durante el verano, procuraré que me conozca usted a fondo, que seamos verdaderos amigos... y ¡quién sabe! tal vez para el otoño empiece usted a pensar en si le conviene renunciar al teatro.