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Poco después baja una cesta de una trampa abierta en la roca: se instala allí el viajero, y los brazos de sus amigos de arriba izan lentamente la pesada cesta, que da vueltas por el aire.

Pasa tiempo, muere usted, es un decir, y muere también el otro; pero antes de morir se arrepiente de la trampa, y quiere devolver a los herederos de usted el dinero que, en rigor, no es suyo, aunque usted se lo ha dado.... inter vivos. Ni palabra. Bonifacio no comprendió que se trataba de uno de aquellos agujeros de honor que D. Diego había tapado con dinero.

Dentro de los cóncavos y amoratados huecos de los ojos, acechaban las pupilas de Mauricia con ferocidad de pájaro cazador. «¿Te lo digo?... Pues el tal sabe echar por la calle de enmedio. Vaya, que es listo y ejecutivo. Te ha armado una trampa, en la cual vas a caer... Como que ya has metido la patita dentro». ¿Yo...? ... .

Y para cohonestar esta pretension decía Ben Zayb: ¡Porque, figúrense ustedes! ¡si descubro la trampa del espejo delante del público de los indios! ¡Le quitaría el pan al pobre americano! Ben Zayb era un hombre muy concienzudo. Bajaron unos doce, entre ellos nuestros conocidos don Custodio, el P. Salví, el P. Camorra, el P. Irene, Ben Zayb y Juanito Pelaez.

Si sabré yo lo que me digo. Para que te enteres: hace media hora que he estado hablando con él en casa de una amiga. Si no caes en la trampa, creo que el pobrecito revienta... tan dislocado está por ti. El cuarto de al lado... a mano izquierda cuando entramos... el mío a esta mano; de modo que... No me vuelvas loca...

Descuida, que no te pondrán un puñal al pecho para que peques». Pues dijo Fortunata animándose , ¿qué me importa a la trampa? Como yo no quiera caer... Claro... El otro ahí junto... pues que le parta un rayo. ¿A ti qué? di «soy honrada», y de ahí no te saca nadie. A los pocos días le dices a tu esposo de tu alma que la casa no te gusta, y tomáis otra.

El renacimiento de su carne lo guardaba como un secreto; era una hipócrita de la salud; seguía fingiendo achaques corporales como si fuese virtud el tenerlos. Eufemia, su doncella, era confidente parcial de sus engaños: como una trampa que hiciera a todos los suyos, Emma saboreaba a solas con su criada los pormenores de aquel fingimiento.

El bolchevismo vendría a ser algo así como un enorme trastorno gástrico, mientras la mayoría de las sectas políticas representarían deficiencias mentales imposibles de combatir. Cuando el bolchevismo comienza a asomar en un país, parece que los ricos se apresuran a realizar sus fortunas para dilapidarlas alegremente antes de que se las lleve la trampa.

Salvo el debido respeto, se había llevado la trampa el matrimonio cristiano, en cierto modo obra suya, y ya no quedaba rastro de hogar, sino una sentina de corrupción y pecado. A otra parte, pues, con la música. Sólo que.... Vaya, hay cosas más fáciles de pensar que de hacer en este mundo. Bien mirado, él era un extraño en aquella casa.

Inventaba mil tormentos armándole trampas para ver si caía o no caía. Tan odioso llegó a serle aquel hombre, que al fin se dejó ella caer. Metiose adrede en la trampa, conociéndola, por gusto de jugarle una partida al muy majadero, porque así se vengaba de las muchas que le habían jugado a ella.