United States or Belize ? Vote for the TOP Country of the Week !


Buen trabajo y bastante ruido costó sentar a tanta gente; pero al fin se consiguió gracias a la actividad del dueño de la casa, poderosamente auxiliado de un joven que traía el pelo por la frente, a quien ya tuvimos el honor de conocer la noche del sarao celebrado con motivo del santo de doña Gertrudis. La comida fue digna del anfitrión. Ningún refinamiento gastronómico se echaba de menos.

Madrid 10 de abril 1638: «Jueves cumplió años el Rey; con gran gusto de toda la corte se hicieron muchas alegrías en Palacio, y luego á la noche uvo Comedia y SaraoAvisos históricos de D. José Pellicer y Tobar.

¿Conoces a aquel señorito que gasta su caudal en tiros y carruajes, que lo mismo baila una mazurca en un sarao con su pantalón colán y su clac, hoy en traje diplomático, mañana en polainas y con chambergo y al otro arrastrando sable, o en breve chupetín, calzón y faja? Cincuenta pesos gasta al día, cien logra de renta; ni un solo libro tiene, ni lo compra, ni lo quiere.

Por la herida de la leona salió un niño muy hermoso vestido de armas reales, con una corona en la cabeza, y una espada desnuda en la mano derecha en señal de victoria. Aquella noche, y el dia y noche siguiente del lunes hubo sarao y baile, siendo de notar que la tarde de este dia subió el rey á su aposento, para ver una justa muy solemne que se hizo en la plaza de la ALJAFERIA.

¿Aquél? un monstruo; aquél se prevale de la bondad, del candor de la casa donde le reciben; hay una mujer hermosa, nada le dice; sin embargo, afecta ir a la casa a horas de franqueza; la acompaña al Prado; en baile o sarao donde está ella está él; siempre al lado de la hermosa, siempre baila con ella; cuando ella no le ve, finge mirarla con celos de algún otro; afecta disimulo, que en realidad no puede existir, pues nada hay que disimular. ¿Se retiran?

Debe presentar a los que se desconozcan, intervenir como lazo de relación, procurar, en una palabra, crear un ambiente de familiaridad para que el sarao resulte agradable, cordial y lucido. Y ha de prestar, sobre todo una atención vigilante y solícita a las que ya tienen cierta reputación de «planchadoras», para evitar que en su casa se vean en tan triste soledad.

Isidora no oyó más, porque llegaron Miquis y D. José. El médico venía de frac, que se alcanzaba a ver bajo un ligero abrigo. Iba a un sarao de cierta casa de tono. Precursoras y compañeras de su fama eran las relaciones, y la entrada que iba teniendo en los más escogidos círculos de la sociedad. Examinado Riquín, le recetó un calomelano.

Salamanca, por el contrario, se me presentaba en la Calle de Zamora, vestida de paño y de terciopelo, de hierro y de gamuza, como una especie de ricahembra apercibida á asistir al Consejo ó á la batalla, y más aficionada al templo que al sarao. Muchas casas eran de piedra, y otras estaban pintadas de un modo severo, anticuado, monumental.

Conviene tener un amigo de confianza que nos acompañe al hacer nuestra aparición en la tertulia o sarao, conduciéndonos desde el «toilette», donde hemos dejado nuestro abrigo. Esto es de un efecto seguro, pues sirve para demostrar que estamos solicitadas desde el instante de nuestra llegada.

Es Miguel Ramos Carrion, el autor de Un sarao y una soirée, y de La gallina ciega, y de Esperanza, y del Cuarto desalquilado, y de Los doce retratos, y de La mamá política, y de una obra que se representará en breve y acabará de consolidar su reputacion.